Bailarina

La bailarina danzará esta noche
cubierta con un velo de tristeza
y un recuerdo perdido en la memoria.

Envuelta en delicadas transparencias
ondulará suave la cintura,
de los adufes recogiendo el eco
con el ritmo sensual de sus caderas.

El aire con los brazos peinará,
como dedos de luz entre las dunas,
dibujando palmeras sobre el cielo
hasta agotar el licor de la ausencia.

Más tarde, en el crepúsculo del cuarto,
reflejada en la llama azul del cobre,
infeliz dormirá, agotada y sola.

Basilio Rodríguez



Chicas malas
     
We Can’t Stop  

Viven de continuo una gran fiesta:
hacen lo que quieren,
dicen lo que quieren,
aman lo que quieren,
besan a quien quieren,
se follan a quienes quieren
y, además, no se arrepienten.
Si no estás preparado, no las busques,
ya que debes estar dispuesto a seguir
su marcha hasta ver clarear el día,
porque sus hermosos cuerpos lascivos,
sudorosos y jóvenes, no pueden
parar de bailar con las canciones
de Miley Cyrus, hasta caer rotas
y exhaustas. Es su fiesta.
¿No ves que ellas dominan la noche?
Marcan y siguen sus propias reglas.
No pueden parar y no pararán,
porque nadie les dice ni controla
qué pueden hacer o cómo hacerlo  

Las llaman chicas malas,
pero no toman nada de nadie,
lo que tienen se lo han ganado
haciendo lo que quieren.
Viven para convertirse en letra
de canción, en música de la noche
(Sólo Dios puede juzgarme).  

Subida a altos tacones,
adornada con bisutería,
con mirada triste
y voz lánguida repetía:  

—Tengo veintidós años
y deseo sentirme viva.
Me hablan del amor y la familia.
Pero, yo vivo el amor
y procuro disfrutar la vida.   

Hacen lo que quieren,
dicen lo que quieren,
aman lo que quieren,
besan a quien quieren,
se follan a quienes quieren
y, además, no se arrepienten.  

La noche es su mundo, es su casa,
no pueden parar y no pararán…

Basilio Rodríguez









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