“Conceptualmente responde al pensamiento de adaptar cada volumen específico de cada parte del programa de necesidades, tratado con independencia, a un conjunto armónico, donde cada una de las partes no pierde su propia personalidad. Siempre llama la atención, hace años más, el orden del equipaje sobre los coches de los toreros, siempre rematado con los estoques y el botijo. ¡Perfecto! El contenido de un edificio es el conjunto de menores contenidos de distintas funciones. El acierto en el orden dentro de las partes y en el orden del todo es una manera de plantear nuestros edificios… ¡Hagamos como los toreros!”

Alejandro de la Sota



"Creo que el no hacer arquitectura es un camino para hacerla y todos cuantos no la hagamos, habremos hecho más por ella que los que, aprendida, la siguen haciendo. Entonces, se resolvió un problema y sigue funcionando y me parece que nadie echa en falta la arquitectura que no tiene."

Alejandro de la Sota
hablando sobre el Gimnasio Maravilla



“El hombre siempre ha usado los materiales que la naturaleza le ponía directamente en sus manos para construirse un entorno habitable, aspirando en muchas ocasiones incluso a su permanencia. Como toda obra humana, surgieron sus construcciones impregnadas de su espíritu y los aspectos que lo representaban comenzaron a hacerse evidentes como arte: los estilos, los módulos, la ornamentación, los capiteles y chapiteles… El tiempo transformó sus elevados deseos en adorables ruinas cargadas de sentido y, como tales, nos gusta ahora conservarlas aunque estén tan lejos de las altísimas funciones que se les habían encomendado en su origen.
Aparece una nueva actuación: conservar y restaurar que, si nos descuidamos y no tenemos suerte, por su uso y abuso, se puede convertir, com de hecho sucede, en una elevada cursilería, somos conscientes. Es preferible que las ruinas sigan siendo dignas ruinas a una cursi restauración, nacida de las manos de quienes, por nuestro desconocimiento y su soberbia, creemos educados para explicárnoslas. Como en todo, no es un problema de especialistas sino de sensibilidades educadas que, por suerte, en España tenemos.”

Alejandro de la Sota



“… me gustó siempre hablar de arquitectura como divertimento; si no se hace alegremente no es arquitectura. Esta alegría es, precisamente, la arquitectura, la satisfacción que se siente. La emoción de la arquitectura hace sonreír, da risa. La vida no.”

Alejandro de la Sota













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