"El pluralismo ha ganado hoy en día. Vivimos en una cultura global pluralista. Pero creo que lo que tenemos hoy es un pluralismo de mercado, que no hay un verdadero pluralismo. Es un pluralismo de las compras. Es mejor que no tener opción, en cualquier caso. Por supuesto, el ordenador ha sido de gran ayuda: personalización de masas. Es lo que están haciendo las grandes multinacionales entodo el mundo: personalización y masificación al mismo tiempo. Pero en realidad hay muchas razones para ello. Un buen ejemplo es Norman Foster, que es buen amigo mío y nos conocemos desde hace cincuenta años. Cuando hice la presentación de su película en Gran Bretaña (How Much Does Your Building Weigh, Mr.Foster?, 2010) debatimos esto públicamente. Yo le dije: “Tú eres un postmoderno,por supuesto, al menos en un tercio de tu trabajo”. “¿De verdad? ¿Por qué?”, con-testó. “Claro”, dije yo. “Si tomas tus edificios icónicos y todos tus edificios con-textuales, todos ellos responden a una agenda postmoderna: comunicar  por medio de símbolos. Tus iconos, como el Pepino, o tu obra en el Reichstag, por ejemplo, con su cúpula expresionista, y quizá la mayoría de tus grandes obras son postmodernas. Tratan de comunicar una mezcla de ideas”. Especialmente el Pepino, que es realmente el mejor de sus edificios icónicos."

Charles Jencks


"He tenido a Europa en mis huesos."

Charles Jencks


"La arquitectura es un arte público. Es importante mezclar lo explícito y lo implícito. Si el cliente es importante y la gente es importante, ambos tienen derechos sobre lo que haces en el edificio. Tienes que hacer uso de códigos que tengan significado para ellos. Es un deber del arquitecto comunicar los valores que ellos tienen. Creo profundamente en ello. Un arquitecto es como un abogado. Tiene que escuchar a su cliente y lograr dar la mejor respuesta posible a lo que demanda. Como en ese caso, existen unas leyes a las que el arquitecto debe so-meterse y que pueden ser contrarias a lo que el cliente quiere. Ahí es donde entra la doble codificación: el arquitecto tiene que honrar a su profesión y al lenguaje arquitectónico y al mismo tiempo dar respuesta a lo que se le pide. Los mejores edificios de Norman Foster o de Frank Gehry son precisamente aquellos en los que realmente atendieron a lo que un cliente quería. Hace dos días estuve con Norman tratando sobre el nuevo Maggie’s Cancer Center en Manchester, donde los clientes trabajamos con los arquitectos y expresamos lo que queremos y el arquitecto debería dar respuesta a ello. Por otra parte, es el arquitecto el responsable del lenguaje, de la intensidad que logre con su arte. Son dos campos diferentes.El simbolismo explícito es el resultado de lo que debe ser la naturaleza pública de la arquitectura. En el pasado, como afirmaba Adolf Loos, la arquitectura se limitaba a los campos de la tumba y el monumento. Además, en una cultura donde el lenguaje gótico o el clásico cambiaban sólo lentamente había acuerdo general sobre cómo había de ser el espacio público. Los arquitectos no tenían que preocuparse por ello. Pero ya no vivimos en un tiempo así. Vivimos en una época muy pluralista donde todo cambia muy rápido. Ahora el arquitecto tiene que re-flexionar mucho sobre qué es lo que quiere el cliente que el edificio sea, y sobre qué es lo que la gente va a interpretar. Si la gente de Berlín quiere que el edificio refleje rechazo hacia el nazismo, lo haces o te vas. Para eso necesitas tener convicción, y Norman la tiene. Ese es el verdadero diálogo. Lo he podido comprobartrabajando con él para el Maggie’s Cancer Center. El problema es que, cuandoel cliente llega a un estudio del tamaño del de Norman o el de Frank Gehry, normalmente se queda fuera. Es la consecuencia de la sobre producción. Pero en la situación ideal la arquitectura se desarrolla por medio del diálogo. La profesióndebería crecer, superar su adolescencia, y aceptar que tenemos la obligación de comunicar cosas significativas para el público. Los iconos deberían ser explícitos.Probablemente no lo veamos ninguno de nosotros, pero podemos decir qué eslo que debería ocurrir. Sin embargo, tanto el cliente como el público pueden sentirse desorientados cuando hablamos de esto. James Stirling solía decir que hablar sobre significados a un cliente puede hacerte perder el trabajo y que lo mismo puede ocurrir si le hablas de estilo. No es del todo cierto, pero entiendo por qué decía eso Stirling y por qué lo decían todos los funcionalistas puritanos: no hables de estilo ni de significados, simplemente finge que ha de ser así por motivos funcionales o económicos, porque eso es lo que los hombres de negocios de cabeza dura quieren escuchar. Lo que quieren son soluciones baratas, eficientes y atractivas. No quieren oír hablar de nada más. Por eso es tan interesante cuando arquitectos  como  David Chipperfield  se  toman  unas vacaciones de todo eso y producen edificios realmente significativos, como en Berlín, y lo disfrutan. Disfrutan del arte de la arquitectura."

Charles Jencks



"La arquitectura trata sobre la historia, sobre el pasado, aunque no sea algo consciente, sino un significado profundo."

Charles Jencks


"La Arquitectura Moderna murió en St. Louis, Missouri, el 15 de julio de 1972 a las 3:32 PM (o alrededor de esa fecha) cuando el infame esquema de Pruitt-Igoe, o más bien, varios de sus bloques de losa, la dinamita les dio el último golpe de gracia. Anteriormente había sido destrozada, mutilada y desfigurada por sus habitantes, y aunque se bombearon millones de dólares, tratando de mantenerlo vivo (reparando los ascensores rotos, reparando ventanas rotas, repintando), finalmente fue sacado de su miseria. Boom, boom, boom."

Charles Jencks



"Los edificios hoy en día son desagradables, brutales y demasiado grandes, porque se construyen para ganar dinero por urbanizadores ausentes, para propietarios ausentes y para habitantes ausentes cuyo gusto se asume como un tópico."

Charles Jencks
El lenguaje de la arquitectura posmoderna



“Vivimos en una cultura que quiere consumir iconos intensa y rápidamente.”

Charles Jencks










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