El rostro de mis ojos

Conozco el rostro de esos ojos
y esas manos
que a gritos hablan de inviernos,
son mis ojos, son mis manos,
me llaman como al chillido
que de noche se deshace bajo el viento,

veo el cuerpo de esta sombra
que en su aliento lleva mi nombre,
que se sienta en las piernas del reflejo
donde frío y libertad se han hecho hombre,

soy yo con voz de carne y soledad,
soy yo con ganas urgentes de aurora ,
soy yo que en los mares de la duda
me ahogo en la aspereza del ahora,

pues hallo en el amasijo de cóleras y certidumbres
una silueta de piel y hambres inmundas,
como decir el soplo de algo que palpita
y tímido se apaga como el beso con la burla,

es un silencio clausurado, un semblante ciego
vestido con las arrugas grises de mi nostalgia,
es la negrura que en mi alma echó raíces,
es abrazo maldito de la pena y de la rabia,

es ese yo que hundido en el silencio
lloraba su prisión en esquinas de la nada,
ese yo que perverso aruña con tempestades
las alas y los pasos y la luz de mi ventana,

el yo que me acompaña como el sol a la mañana,
allá donde se esconden el miedo y la inconciencia,
los amagos ácidos de la traición posible,
y el humo de mentiras que me arrullan en la niebla,

ese yo que sabe vestirse de mi voz,
que sabe respirar por la boca de mi alma,
que toma a veces mis pasos para asirse del vacío
y llevarse la belleza que se acuesta en esta calma.

Andrey Sequeira Cordero


Plegaria por todos

Pido pan para este sueño,
que se alimente de hambres compartidas,
de soledades muertas,
de puños apocalípticos,
que suba los escalones de la noche
y entre en la piel del rostro humano,

pido pies para estos pasos,
pido tierra que mire al cielo
y dibujar en su espalda la vida
de un camino nuevo de esperanza,

pido que todas las voces todas
bailen desnudas de miedo,
que salgan al silencio,
que muerdan la mano del mundo,
que sangren felicidad
como una llovizna de amaneceres,

pido que esos ojos tuyos quieran
y al querer se hagan decreto
de justicia, de lágrima clausurada,
de besos como poemas
permitidos en los labios de la brisa,

pido además un aguacero,
una tormenta de amores posibles
que emanen por los pechos de la verdad,

pido versos en la boca del porvenir
y hombres en los huesos del futuro,
manos hermosas de libertad
que sepan sembrar palabras
limpias como las sábanas del alba,

y pido muerte para el llanto,
y un jamás para la tristeza,
y en las alas que agita el viento
pido paz, Hermanos, tiempo
y que sea mi plegaria un bello cuento.

Andrey Sequeira Cordero



Por ti canto, Libertad

Dónde está la mar que jugaba con tu piel,
dónde las manos que de noche han sido un beso
y dónde el horizonte de tu voz hermosa
que en hálitos de luz se escapa con el viento.

Me bastas, como el sol basta al silencio
para armar la madrugada en brazos del ensueño,
me llenas, como llena al cielo la palabra vida
que grávida y desnuda se sienta sobre el tiempo.

Arrodillado, escribo tus ojos
en la brisa bulliciosa que corre mensajera,
en los pechos de la Luna que aguarda tu retorno,
acaso en soledades dormidas bajo tierra,

me tumbo entonces en la seda de tu abrazo,
canto el amanecer que sube por tu espalda,
en sábanas de espuma nuevas de sortilegios
bailan las verdades como arrullos en tu falda

y entonces lo que era deja al lado su antifaz
para volar con alas de camino aun sin pasos,
se marchan las horas viejas y con frío
y corre la esperanza con las piernas del verano.

Me bastas, lo digo con tus labios,
como basta el verso para oler una caricia,
me basta tu nombre, Libertad, tu sueño
para hallar el aire que me da tu compañía.

Andrey Sequeira Cordero









No hay comentarios: