"Si este juego que se ha mantenido silencioso para todos aquellos que lo conocían se ha revelado a nuestros ojos, no ha sido fruto de una profunda meditación, ni tampoco por el deseo de aclarar el caos que lo envuelve: no perdimos ni un instante analizándolo. Fui invitado hace unos años a conocer a la señora C. d'H, que acababa de llegar de Alemania o Suiza, y la encontré jugando a las cartas con otras personas. Jugamos a un juego que seguramente no conoces, o tal vez sí. ¿Cuál es? El juego del tarot. Había tenido ocasión de verlo cuando era muy joven, pero entonces no tenía ningún conocimiento sobre él… Era una rapsodia de figuras extrañas de lo más extravagante. Así, por ejemplo, hay una carta que no guarda relación alguna con su nombre, es el Mundo. Cuando la vi, en seguida reconocí la alegoría.
Todo el mundo dejó de jugar y vino a ver esa carta maravillosa de la que yo había comprendido lo que ellos nunca habían percibido. Todos me preguntaron qué significaban aquellas cartas que yo había comprendido en un cuarto de hora. Expliqué que eran egipcias y que su significado estaba relacionado con el conocimiento de los egipcios. Nos prometimos que algún día compartiríamos con el público ese conocimiento, persuadidos de que era un magnífico descubrimiento, un libro egipcio que un día había escapado de la barbarie, de la devastación del tiempo, de fuegos accidentales y deliberados y del gran desastre de la ignorancia."

Antoine Court de Gébelin


1.

Sorpresa que causará el descubrimiento de un Libro Egipcio.

Si anunciáramos que todavía existe en nuestros días una Obra de los Antiguos Egipcios, uno de sus Libros escapado de las llamas que devoraron sus magníficas Bibliotecas, y que contiene su doctrina más pura sobre temas de gran interés, cada uno estaría, sin duda, ansioso por conocer un Libro tan valioso, tan extraordinario. Si añadiéramos que este Libro se halla muy difundido en gran parte de Europa y que desde hace siglos está al alcance de todo el mundo, seguramente la sorpresa iría en aumento. Y ¿no llegaría a su colmo si asegurásemos que jamás se ha sospechado que fuese Egipcio, que lo poseemos como si no lo poseyéramos, que nadie ha intentado jamás descifrar una página: que el fruto de una sabiduría exquisita se contempla como un montón de figuras extrañas que de por sí no significan nada? ¿No se creería que son ganas de divertirse, de burlarse de la credulidad del Público?

2.

Este Libro Egipcio existe.

Sin embargo, el hecho es muy cierto: este libro egipcio, único resto de sus magníficas Bibliotecas, existe en nuestros días: es tan común que ningún Estudioso se ha molestado en ocuparse del mismo; nadie, antes que nosotros, ha sospechado tan noble origen. Este libro es El Juego del Tarot.” Este libro está compuesto por LXXVII páginas o tablas, incluso por LXXVIII, divididas en V clases, que ofrecen cada una sujetos tan variados como entretenidos e instructivos: este Libro es, en una palabra, el JUEGO del TAROT [...].

Antoine Court de Gébelin
“Le Monde Primitif”, volumen VIII, 1781














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