Ácidas

Yo, harta, lo diré ya:
al alba, herido,
soñará vacío el rey.
Ayer le oí cavar,
añoso —diré.

Habla la ayer idólatra,
hoy sádica.

Aurelio Asiain


Aleteo

Por un instante en el reflejo en una ola
de un resplandor a otro
vi a cien gaviotas dispersarse
calladamente.

Como un ligero pensamiento se escapaban.
Lo deshizo la espuma.

Aurelio Asiain


Anómala

Si nada da de su seda,
dad anís a la mona.

Aurelio Asiain



Artificio

El salto de una liebre entre los álamos
remueve la hojarasca
y basta para abrir el fuego.

Arden de música las ramas.
Alzan cien pájaros el vuelo.

Aurelio Asiain


El rumor

Avidez de lo oscuro, ciega lengua
de todos y ninguno, voz de nadie
entre la muchedumbre del mercado
y en cenas largas de manteles blancos,
vanidad de los justos, mercancía
de los ociosos, vino del banquete,
alimento de fieras enjauladas,
fruta podrida, pan de alumbre, agua
de manantiales turbios, escaldada
garganta del rencor, voz del desierto
y alegría feroz de los amigos,
lumbre de condenados, mordedura
que devora a las viejas en el quicio,
hambre de los vencidos, sueño inquieto
de los que duermen dándose la espalda,
ansia de cada día, incertidumbre
y avidez de lo oscuro, ciega lengua
en torno del cadáver en la pira,
lepra de las palabras, voz cundida
de negrura, espesura de la tinta,
escribir es mirar con el rabillo,
todo se cuela por los márgenes
del número, en la orilla huele a yodo
y a maderas podridas, lo que vuelve
con la marea es siempre tan oscuro,
qué nos llama a lo lejos imantando
esta lengua de negros y de esclavos,
sudor de las galeras, lodazales
y mosquitos la noche interminable
del desembarco, todos extendemos
la frontera imprecisa de este imperio,
avidez de lo oscuro, ciega lengua.

Aurelio Asiain



Huellas

Casi nada sabemos de ese pueblo de dioses:
historias imprecisas, voces vagas, palabras
de dudoso sentido, escuchadas en sueños.
Y ese viento que sopla de pronto entre las ruinas.

Aurelio Asiain



Nada: eres él

Eva usa yerba:
es ave de su sala.

Se eleva
de su sal a su sed:
ave le es.

Ala su sed,
Eva se abre ya suave.

Le seré Adán.

*
Adán y Eva,
la sola pareja,
pares amaba.

Se besaba: saberes
de seda; de sed
se rebasaba: se besaba.

Mas era pajera:
palos al ave y nada…

*
—¿Anulada la edad, no somos nada?
—Ser Eva da cadáveres, Adán.
—Somos onda de alada luna.

*
—Yo solo soy seré y así me doy.
—Yo de mis ayeres yo solo soy.

Aurelio Asiain


Rama

Amor al aire y azar,
nosotros baraja somos:
somos ajar, absorto son,
raza y erial, aroma a mar.

*
Arena, bahía,
cielo y sol sumo:
muslos yo leí.
Caí, habanera.

*
Roma. Sábado. Sábanas.
La sed ataca: la resaca
será la cata de sal.

¿Sanabas o dabas amor?

*
Soñaba, iba hondo…
God! ¡No había baños!

Aurelio Asiain







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