Amanecer

Venus su rayo postrimero vierte,
y del alegre sol que torna ufano
al rubio oriente, en el confín lejano
ya la indecisa claridad se advierte.

Vence por fin, en la batalla fuerte
la luz, y baja de la cumbre al llano;
y a un esfuerzo de vida soberano
cede la noche su pesada muerte.

Y en tanto luce la alborada nueva
y nuevas pompas la natura viste,
y a Dios su himno la creación eleva;

yo, solitario, en esta ausencia triste,
pregunto al aura si otros besos lleva
como aquel beso que al partir me diste...

Arturo Cadilla Matos



A la reina

Todas las gracias de mujer inquieta
se juntaron en ti para adornarte;
y tal es tu presencia, que al cantarte
no sólo es necesario ser poeta

para mirarte con visión de esteta;
si no que es menester, al contemplarte,
tener la bella concepción del Arte
que idealice el perfil de tu silueta.

Mujer que tienes resplandor de gloria;
fuiste tal vez en la pasada historia
santa o princesa de otra tierra un día;

en tu cabello que onduloso peina
hay remedos antiguos de una reina…
¡Y en tu cara hay bellezas de María!

Arturo Cadilla Matos








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