"El amor por esta patria sea la llama a través de la cual nuestro señor y la Santísima Virgen me iluminen para acertar."

Álvaro Uribe Vélez


"El maltrato de estos bandidos de la Farc a los secuestrado solo es comparable con esos campos de concentración de los Nazis."

Álvaro Uribe Vélez



"En una patria llena de dificultades el entusiasmo la actitud siempre positiva la sonrisa de la mujer colombiana su compromiso de todas las horas tonifica el espíritu en el momento de las mayores dificultades."

Álvaro Uribe Vélez



"La vida de los hombre no se puede manchar por presunciones que no reposan en el conocimiento de la verdad."

Álvaro Uribe Vélez



"Los turistas gregarios recorren Europa en autocares que atascan las carreteras, abarrotan los estacionamientos y contaminan los paisajes naturales y urbanos; él viaja en un coche rentado, un poco menos estorboso, o en el anónimo tren.
Los turistas tribales caminan por las estrechas calles de las ciudades antiguas en grupos compactos que impiden el paso de los demás; él anda por su lado, con un acompañante o dos o a lo sumo tres, que deben detenerse a cada rato para consultar el mapa.
Los turistas voraces despachan con hambre acrítica los menús de comida tan mala como cara que les ofrecen los restoranes amontonados en las plazas; él come en los mismos sitios, porque en los pueblos turísticos no abunda la buena gastronomía, pero se queja de la relación entre el precio y la calidad.
Los turistas incultos se extasían en los museos y las iglesias y los palacios con las palabras de un guía no siempre ignaro a quien le prestan más atención que a los cuadros y esculturas y muebles que supuestamente deben contemplar; él ve el arte con sus propios ojos y lo entiende bien o mal con su propia cabeza, ayudada a veces por las explicaciones someras de un folleto o de la ubicua Michelin.
Refractario a las masas, pero también ayuno de una sólida cultura artística, el turismo de tu amigo Arizta es conjetural. Frente a las cuatro estatuas de hombres maduros con libros en las manos que sostienen el púlpito esculpido por Andrea Pisano en la catedral de Pisa, arriesga: “han de ser los evangelistas”, aunque no podría identificar sino a uno o dos de ellos. Frente al enigma de un laberinto concéntrico labrado en el pórtico de la catedral de Lucca, especula: “seguramente es un símbolo iniciático”, aunque no sepa qué simboliza la imagen ni a qué misterio inicia. Frente a la enorme cúpula con que Bruneleschi coronó la catedral de Florencia, afirma: “aquí se ve cómo el Renacimiento superó a la Edad Media”, aunque no tenga la menor noción de arquitectura renacentista ni medieval.
Pero no todo en la experiencia turística de Arizta se reduce a la lucubración. También tiene momentos de genuino arrebato estético. Al ver la estatua etrusca llamada siglos después La sombra de la tarde, en que la figura en bronce de un adolescente se alarga hasta anticipar la obra de Giacometti, dice: “qué prodigio de modernidad”. Y al divisar en una pared del Palacio Público de Siena el célebre fresco de Simone Martini en que un caballero y su caballo, ambos acorazados, transitan por un paisaje escueto, exclama: “qué pintorazo”.
La reacción emblemática de Arizta el turista a una obra de arte se registró en la Academia de Florencia donde, con la mira ya puesta en el David, opinó sobre los inacabados Prisioneros, como si nadie lo hubiera dicho antes: “haz de cuenta que quieren escapar de la piedra”. No dejaste de escarnecerlo, aunque estabas de acuerdo con él."

Álvaro Uribe
Caracteres


"Me condujo al estudio, que era una habitación con un inmenso tragaluz. Marcos interrumpió su trabajo y me presentó al eslavo como su agente artístico y su amigo. El eslavo sonrió y nos dejó solos. No voy a inventarle un nombre, como he hecho con Marcos y don Mateo, ya que su papel en esta historia es secundario.
Unos días antes, cuando cenamos con Madeleine y don Mateo, Marcos había hablado todo el tiempo. Meses después, cuando volví a verlo en un coctel, Marcos hablaba sin cesar con todo el mundo. Pero esa tarde, en su casa, fue poco locuaz. Es posible que mi propia timidez le haya quitado la palabra; la gente importante o famosa como Marcos me hace enmudecer. También es posible que la elocuencia de Marcos necesite un público de intelectuales conocidos como don Mateo, o de políticos con poder y artistas célebres como las personas que lo rodeaban en el coctel. El hecho es que nuestra plática fue parca y trabajosa.
Sentados a cierta distancia, Marcos junto al caballete como si quisiera seguir trabajando, yo junto a la puerta como si quisiera irme cuanto antes, cambiamos algunas frases rígidas: las mías sobre su pintura que yo veía por primera vez, las suyas sobre la literatura en general ya que no había leído la mía.
Media hora, cuando más, habrá durado ese arduo ejercicio de cortesía recíproca. En uno de nuestros silencios se oyó el zumbido del timbre y aproveché para poner en manos de Marcos una copia del cuento del filósofo y despedirme. Marcos me acompañó en el camino a la puerta. Cuando entré, siguiéndolo, en el vasto salón donde estaban los cuadros, vi aparecer en el otro extremo a dos figuras inequívocas. Una era la del eslavo; la otra, de proporciones eminentes, entrañable aunque sólo la había visto antes en fotografías, era la de un famoso escritor sudamericano a quien voy a llamar simplemente Lucas. Estoy seguro de que no le hubiera disgustado ese nombre."

Álvaro Uribe
El séptimo arcano


"Mi genuino aprecio por Lupita me impide tomarme demasiado a pecho sus opiniones (en el supuesto de que sean de veras suyas, y no un subterfugio más de Alberto Jr. para poner lo que él piensa en boca de sus colaboradores). No voy a desmentir la falsedad de que mi esposa regateaba las propinas en el salón de belleza. Tampoco la defenderé del infundio, o por lo menos la exageración, de que no paraba de quejarse. Me limito a reconocer que, en efecto, Malú y mi esposa tuvieron un altercado a propósito de lo que una daba y la otra recibía en una relación desigual de hecho y derecho. Concretamente: Malú le reprochó a mi esposa con voz destemplada que sólo fuera a su casa para cortarse el pelo gratis, y mi esposa le juró a Malú en represalia que jamás volvería a poner un pie en su pinchurriento salón.
Una circunstancia, o más bien una conducta, atenúa las eventuales culpas de mi esposa. Aunque creyera ser la parte agraviada, aunque nunca en el fondo perdonó el agravio, no le retiró la palabra a Malú ni dejó de tratarla con relativa mesura en las ocasiones no infrecuentes en que los compromisos familiares propiciaban la convivencia entre ellas. Mi esposa, cierto, evitaba en lo posible ir a casa de Malú y no sólo no regresó al salón, sino que les hizo prometer a nuestras hijas que ellas tampoco se acicalarían allí. Pero no se oponía a que yo invitara a Malú a comer de tarde en tarde con nosotros y se portaba como una anfitriona aceptable si la invitación era a nuestra casa. Reto a Alberto Jr. a declarar en estas páginas, bajo protesta de decir verdad, que su actual mujer se condujo con semejante decencia cuando le llegó el turno ineludible de sufrir los exabruptos de Malú."

Álvaro Uribe
Autorretrato de familia con perro



"No tengo rabo de paja."

Álvaro Uribe Vélez



"No vinimos a quejarnos vinimos a trabajar por la patria."

Álvaro Uribe Vélez



"Nosotros estamos comprometidos hasta los tuétanos con la derrota total de terrorismo."

Álvaro Uribe Vélez


"Nosotros vemos en la confianza un medio de inversión, en la inversión una herramienta de crecimiento y en el crecimiento una posibilidad de superar pobreza y construir equidad."

Álvaro Uribe Vélez



"Si somos un estorbo por nuestra determinación de derrotar el terrorismo, que seamos un estorbo."

Álvaro Uribe Vélez


"Uno no puede aceptar eso que, el legitimo derecho del estado colombiano de combatir a un terrorista de esta magnitud , se presente como una masacre contra unos arcángeles que estaban dormidos en pijama."

Álvaro Uribe Vélez



"Ustedes saben que no soy guayabita pa' gustarle a todos."

Álvaro Uribe Vélez



"Yo soy un combatiente por los intereses superiores de la patria."

Álvaro Uribe Vélez



"¡Yo soy un servidor público, no un jugador del poder!"

Álvaro Uribe Vélez








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