Estoy solo

Estoy solo... No tengo la más leve creencia.
Soy un mar insondable de infinitos recelos.
Dudo de todo: dudo de mi propia existencia;
y en todas partes palpo impenetrables velos.

Hundido en las agruras de mi aridez de ciencia
no hay ecuación ni fórmula que colme mis anhelos.
Y, como un ciego en la solar erubescencia,
la noche de mi espíritu interroga a los cielos.

¿Quién soy?... ¿A dónde marcho?... Dime, zarca pupila,
¿qué misteriosa trama mi Penélope hila?...
Dame dos claras gotas de azur, palio divino.

Dos temblorosas gotas para mis ojos yertos,
y, a la lumbre sonámbula, seguiré mi camino,
con el callado paso de los que ya están muertos!...

Antonio Pérez Pierret



Tríptico mítico I

Entre los Pandavas, postrados de hinojos,
tejiendo la danza giras lentamente,
bajo el claro palio del cielo de Oriente
que irisa la noche de tus negros ojos.

Los sacros bracmanes sufren tus antojos
febriles y extraños de indiana serpiente,
y, ebria de deseos, en la lucha ardiente
por gustar la pulpa de unos labios rojos,

el velo te arrancas y surges desnuda,
y, cuando tus ansia de amor les arredra,
imploras a Krichna la cálida ayuda

lamiendo lasciva su rostro de piedra,
y al busto del ídolo tu carne se anuda
como a viejo tronco sarmentosa hiedra.

Antonio Pérez Pierret











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