Fue novio Juan...

Fue novio Juan de la sin par María,
y en el largo trajín de sus amores,
todos fueron ensueños seductores
y proyectos de bienes y alegría.

Llegó el plazo, o mejor, el fausto día
como dan en nombrarle los autores,
de encadenar a entrambos amadores,
en eternal unión, la Vicaría.

¡Qué gran luna de miel! ¡Qué desatino
de amantes! pero al mes quiso el demonio
que echara cada cual por su camino.

Y al preguntar por qué, me dijo Antonio:
–«Como el vinagre se engendró del vino
así el amor se tuerce en matrimonio».

Antonio Afán de Ribera

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