Mujer en vela

Escucha la mujer el aleteo
de todas las caricias
que se alejan vencidas
por su piel macerada de ausencias
y deseos.
Se pregunta
hacia dónde discurren las miradas
que partieron selladas
con labios en los párpados,
dónde escancian los cántaros de barro
que entibiaron el vino con las lágrimas,
de qué pulpa se nutre la sed de la granada,
en qué lugar se hará desierto
el territorio húmedo del beso.
Y también se pregunta,
cuando la noche vela debajo de su almohada,
si Dios será capaz
de llevarse este dolor felino
que corre por su sangre
con garras de cristal y de injusticia,
y no sabe,
no sabe si pedirlo,
que este dolor de ahora es lo que resta
de aquello que fue suyo.

Angelina Lamelas


Nana para Álvaro

Cuando otoño exprima sus uvas de cobre
dejara los cielos
donde los arcángeles
harán con sus alas
señales horarias.

Angelina Lamelas Olaran


"Nosotros volvemos al cuento y nos preguntamos: ¿Es este el mejor punto de vista? ¿Lo escribo en primera persona, que es tan convincente, o busco la tercera, más dilatada, más esparcida, mucho menos introspectiva? Qué importante es manejar bien la espontaneidad, con gracia y naturalidad; y con pericia, sí, porque no es la espontaneidad, sino cómo llega ese efecto al lector lo que nos da el poder de convicción."

Angelina Lamelas


"Si pienso en la credibilidad y me voy al terreno de mi propia experiencia como narradora, creo que a mí me ha ayudado 'verme vivir'."

Angelina Lamelas













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