¡Oh tiempo!

¡Oh tiempo, tiempo! tu invisible planta
Todo en su grave paso lo atropella...
Tras ti sólo el recuerdo se levanta;
Que son del tiempo los recuerdos huella.

¿Qué queda ya de mi niñez serena
Del agitado mar en las orillas?
La playa sola en cuya azul arena
Conchas buscaba y blancas piedrecillas.

¿Qué ha dejado mi dicha en la ribera?
Una peña, dulcísima memoria
De cariño y placer, que guarda entera
De mi secreto corazón la historia.

Antonio Rodríguez López

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