Porque conoceremos…

Se abrirán nuestros ojos a un sol centelleante,
saciaremos la sed en ríos sin orillas,
y nuestros corazones serán como semillas
con el temblor del barro y el fulgor del diamante.

O puede que en sus manos el viento nos levante
para incendiar al mundo como ardientes astillas,
y hasta puede que hablemos de raras maravillas
con el pasmo del niño y el ardor del amante.

Veremos que es perfecta la espiga ya madura,
que la vida es profunda y una hermosa aventura;
y seremos felices entre todas las cosas.

Temblará como un tallo en la hierba la espada,
y hasta la roca dura se sentirá asombrada
porque conoceremos las palabras dichosas.

Antonio Romero Márquez



Será infeliz

Será infeliz y execrará su suerte
Quien vea con sus ojos la belleza:
No tendrá otra esperanza que la muerte
Ni otra consolación que la tristeza.

Dejará sobre el polvo, calcinada,
La árida huella de su pie desnudo;
Y hoja seca en el árbol de la nada,
Será su corazón y el llanto un nudo.

Hallará en toda fruta, desabrida,
La pulpa amarga, y dura la corteza;
Y una herida será, sólo una herida
Quien vea con sus ojos la belleza.

Le acosará la mofa y el reproche.
No tendrá casa, ni mujer ni amigo.
Ebrio y sin rumbo vagará en la noche
Aquél que lleve su esplendor consigo.

Nadie abrirá la puerta a la que llame.
En todo trato encontrará aspereza.
Será para este mundo siempre infame
Quien vea con sus ojos la belleza.

Antonio Romero Márquez











No hay comentarios: