"A mí me parece que lo que se habla de artivismo y arte político socialmente comprometido en realidad son actividades de cualquier ciudadano que no tienen por qué ser reservadas para el artista. Se corre el peligro de que el artista al llamarse artista y hacer básicamente lo que puede hacer todo el mundo, invoca una protección social; puedes hacer una herejía pero no te pueden castigar porque sos artista. En realidad no se trata de eso, sino que todo el mundo debiera poder hacer herejías sin que lo castiguen. Entonces, ahí tengo un poco de problema. El otro problema que tengo es que para mí el arte si no expande el conocimiento de una u otra forma, no es arte, es una actividad redundante que confirma cosas que ya sabemos. La expansión del conocimiento no tiene por qué ser un cambio de paradigma, pero por lo menos sí cambiar un poco. La concientización, que es una de las cosas que invoca el artivismo, a mí me parece importante. Pero no me parece importante como arte porque todo lo que hacemos debiera concientizar a la gente. Para mí el arte es una actividad, si tengo que reducirla a la palabra, es una actividad que me permite partiendo de lo que conozco, explorar lo que no conozco en lugar de explorar lo que conozco. En general todas las situaciones disciplinarias digamos y cuantificadas tienden a tratar de dominar lo que se conoce y apropiarlo, utilizarlo, reciclarlo y seguir para allá; pero sin cruzar la frontera. Y en arte es donde justamente lo que querés hacer es cruzar la frontera, porque no te interesa lo conocido, te interesa lo otro. Y eso es lo que hace que el arte sea tan adictivo, es una droga, porque en cuanto cruzás la frontera y ampliás lo conocido tenés que correrte un poco más. Y dentro de un mercado que adquiere y coopta todo el conocimiento y lo trivializa eso es aún peor. Una obra de arte, para mí, vive un par de segundos. En el momento en que el artista mira su propia obra ya la mató. Se pasó al campo de lo conocido."

Luis Camnitzer



"A mí me parece que todo el mundo debería estar comprometido socialmente. No lo veo como una misión del artista. Me parece bien que el artista no quiera estar en una torre de marfil, pero no me parece bien que el artista para bajarse de la torre sacrifique el trabajar con lo impredecible.
Hay dos ignorancias para mí, una es la ignorancia de lo predecible, que la puedes estudiar, puedes especular y la puedes adelantar; básicamente la matemática o la ciencia que se aplican a cosas de las que no sabemos demasiado o donde todavía no agotamos el conocimiento, pero sabemos que se puede saber. Y está la ignorancia de lo impredecible que es totalmente abierta y que a veces la llamamos misterio pero no en el sentido oscurantista sino en el sentido de que realmente no sabemos qué carajo hacer con esto. Y esa es la misión del arte, la de empujar, la de tratar de organizar eso de alguna manera, hacerlo tangible. Por eso muchas veces digo que en realidad el arte es una metadisciplina que está por encima de la ciencia. Que la ciencia solamente abarca una parte, que es la predecible, y el arte utiliza la parte predecible pero verdaderamente se dedica a la parte impredecible, y por lo tanto es mucho más amplio. Y esto tiene un impacto social obviamente, pero también tiene un impacto pedagógico. Si aceptas eso, tiene que cambiar toda la pedagogía, toda la estructura educacional tiene que pasar a incorporar lo impredecible, la imaginación, la fantasía, lo imposible, el fracaso, todo. Para luego empezar a decantar qué cosas vas a usar y cuáles no sabiendo por qué, por qué sí y por qué no. Para mí todo el proceso educacional debiera empezar por ayudar a definir una utopía en el estudiante. No mi utopía sino la utopía del estudiante, que puede ser algo que yo deteste; puede ser totalmente racista, puede ser espantoso. Hoy estaba pensando mientras la Internacional Errorista mostraba el proyecto Tecnópolis en el simposio, como a varios jóvenes les gustó que le pegaran al monstruo y pensé ¿qué hay anti-monstruismo acá? El pobre monstruo en realidad es el “otro”, es una forma de otro; y ya están separando el monstruo del no monstruo. En la utopía se examina el rol del otro, se examina todo, cuál es el ideal. Y eso te ayuda a crear tu base ética. Con la utopía y la ética tenés una plataforma desde la que te podés manejar. Y luego tenés el ingenio que muchas veces se confunde con el arte pero que en realidad es una manera de sobrevivir, de usar los recursos que tenés para lograr cosas que los recursos no necesariamente tienen en su definición: quiero clavar un clavo, no tengo un martillo, uso mi zapato y le pego con el taco. Eso es un acto de ingenio. No genera conocimiento, no es arte por eso, pero te ayuda en la sobrevivencia. En el fondo es un recurso de la pobreza, aunque lo utilice un millonario, sigue siendo una forma de pensar en términos de pobreza porque te hace presente la limitación de los recursos que tenés, que es la pobreza, y ver como enriquecés la posibilidad de lo que tenés, pero no creás cosas nuevas. Y después está la fantasía total que es la posibilidad de crear nuevos conocimientos, que es la parte de arte.
Si yo vivo en este mundo, una responsabilidad que tengo, porque es una forma que tengo de definirme como individuo, es analizar mi relación con la gente. Sea artista o zapatero o mecánico de autos o presidente, no importa. No es algo que tenga que ver con el arte. Si yo puedo usar esa conexión para generar conocimiento nuevo entonces está bien, porque no veo por qué no utilizar eso en lugar de pintura. No hay problema, pero el acento no está en el compromiso social. El compromiso social es algo dado. El que no lo tiene no tiene ética, básicamente, lo cual es otro problema. Si lo hago en forma de responsabilidad social o lo hago para ampliar el conocimiento, ahí es donde cambia la cosa. Y ahí es donde puedo redefinirme como artista comprometido. Pero no es un asunto siquiera de contenido, no es un asunto de hacer pancartas con mensaje. Es un asunto de ayudar a crear una relación no conocida hasta el momento que genere otra situación."

Luis Camnitzer



“El museo es una escuela: el artista aprende a comunicarse, el público aprende a hacer conexión.”

Luis Camnitzer



"En principio creo que el arte está con personalidades múltiples sin darse cuenta. Los artistas tienden a trabajar como si el arte fuera un campo de producción de objetos y por lo tanto mercantiles, así no piensen que van a vender. De hecho es la ideología dominante en lo que hace el artista.
Y por otro lado está el arte como elemento formativo -la cultura que ayuda a evolucionar, a progresar-, una metodología para adquirir e impartir conocimiento, y para desafiar órdenes establecidos para buscar órdenes nuevos. Y esa parte es la que no se explota totalmente, ni por el artista, ni por el sistema educativo. Me interesa cambiar el sistema educativo en el mundo y en otros planetas, para lograr que el arte ocupe el lugar de la creatividad, se expanda en todas las disciplinas que conocemos."

Luis Camnitzer



"Hacer arte es una posición crítica. Hacer arte es buscar órdenes alternativos, mezclar órdenes que se supone no se pueden mezclar, subvertir la percepción y el conocimiento y ampliar el conocimiento. Todo eso es crítico.
En cualquier caso, detesto la palabra arte porque en lugar de aclarar algo, como debieran aclarar los nombres, confunde. Es un campo tan amplio, en donde hay de todo, incluso en donde hay arte que no es arte. Hay arte cursi, arte revelador, arte subversivo, arte acomodaticio… Y al final es una palabra que cubre cantidad de actividades que en realidad son radicalmente distintas y que cada una debiera tener su propio nombre. A mí me cuesta mucho, pienso que soy un poco autista en el sentido de que si la palabra no me encaja exactamente no la entiendo. Me pasa a veces con el lenguaje, lo veo tan impreciso y tan contradictorio.
En arte voy destilando cosas hasta llegar a la noción que a mí me interesa. Y a mí me interesa no el arte como producción, sino el arte como forma de pensar. Y si es una forma de pensar, no debiera ser monopolizado por una serie de productores. Entonces ahí ya hay una contradicción. La forma de pensar artísticamente está integrada en todas las formas de pensar porque es la forma más libre de pensar. Primero empezás a pensar libremente, o artísticamente, y luego empezás a negociar con la realidad a ver dónde te dejan y donde no te dejan. Después empezás a pensar: ¿y por qué no me dejan? Y ahí entra la política, pero es la política del ciudadano no es la política del artista, ¿no?"

Luis Camnitzer

"Hay que educar a todo el mundo, pero yo personalmente pienso que en la medida en que tengo que hacer arte estoy fallando. Tengo éxito el día en que no tenga que hacer arte. Que no sea necesario que haga arte. Mientras sea necesario hay algo que anda mal."

Luis Camnitzer



"Idealmente me parece que el artista debería estar totalmente subsidiado por el gobierno. El asunto es que los gobiernos tampoco son gran cosa. El problema con las empresas, más que con los gobiernos, es la censura. El gobierno censura pero en forma burda. Te dicen: no me gusta el mensaje político, no lo puedes hacer. La empresa lo censura a un nivel mucho más insidioso. Te plantea la situación para que en última instancia la obra sirva para relaciones públicas y ahí es muy difícil identificar en qué punto te están jodiendo o en qué punto, a lo mejor, tú podés joderlos a ellos. En general, no podés joderlos a ellos. Y eso es algo que Hans Haacke trabajó mucho en su obra, ¿no? Y nuevamente el problema es que al par de segundos de después de hecha la obra, la obra está muerta. Entonces ya vuelve a ser un producto comerciable o un símbolo fetichista y no el activador que esperabas que fuera."

Luis Camnitzer



"La enseñanza del arte más progresista es una enseñanza que trata de hacerte funcionar en forma lúcida con tus pares. Y tus pares son tanto artistas como galeristas. Tenés que tener un idioma, una jerga, un sistema de razonamientos que funcionen y eso lo adquirís en la escuela de arte. Y las escuelas más reaccionarias, que probablemente son la mayoría, siguen basadas en la concepción artesanal del arte en donde el artista es un artesano plus. Y el plus no te lo dan en la escuela sino que tenés que buscártelo por tus propios medios."

Luis Camnitzer



"Lo que define el arte hoy es el mercado. Desde mi memoria inicial el arte fue evolucionando hacia el espectáculo. Ya es muy difícil hacer una obra chica. La instalación o la obra tiene que ser grande. No tiene nada de malo eso, lo que sí tiene de malo es que junto con eso hay un achicamiento de los márgenes de atención. La gente y la obra va dirigida al impacto y la parte de conocimiento, a pesar del gran tamaño, se achica. Y  lo que queda como residuo es mínimo o no existente. La obra de arte para mí siempre tiene que tener un residuo inexplicable. Si puedes agotarla en una explicación, la obra deja de ser arte para ser algo redundante que se puede describir. Pero en la medida en que queda un residuo que no hay manera de atarlo o de condensarlo, esa obra tiene importancia. En el espectáculo eso tiende a no verse y nuevamente tanto por parte de la obra como del público. Hay una comunicación mal usada y me parece que eso es lo que está pasando a día de hoy."

Luis Camnitzer


"Para mi el arte como campo general del conocimiento es donde especulo como se me antoja, sin limitaciones, para luego ver como puedo diseñar mi vida dentro de una sociedad y qué prácticas puedo utilizar de las conocidas o que nuevas prácticas tengo que inventar para seguir siendo libre. El empezar el estudio del arte a través de la pintura o del dibujo del natural, como todavía se hace en algunos lugares y como la mayoría de la gente ajena al arte piensa que hay que hacerlo, es como enseñar a la gente que antes de ser libre hay que ir a la cárcel, sin siquiera discutir qué quiere decir “libre” y que quiere decir “cárcel”. Sin tener la experiencia de libertad."

Luis Camnitzer









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