Animal sin tiempo

Ahí el animal en fuga de sus propios gerundios
la flor escalofriante junto a sus sinalefas de hielo
Un paisaje listo para ser pintado por un robot
Desde una torreta rodeada de proyectiles
Sólo ese mecano para extraños vestigios de bestias
acorraladas
Víctimas de su propio invento milenario
Ahí la sanguijuela desesperada hambrienta de su sangre
Chupándose a sí misma en pantanos resecos
Cerca de cañones por donde bajan aguas volcánicas
En una hedionda profusión de azufre
Trogloditas modernos cazadores de tarántulas
En la extensión amazónica con la malicia
La cruel alegría de comerlas asadas junto a cráteres
O enormes vestigios de lagos prehistóricos
Una extraña tranquilidad en los mares vegetales
Bajo la humedad de una larga temporada de tormentas:
Aguas saladas en los ramajes colgantes
Entre un verde total sin floraciones ni pájaros
Sólo el animal perdido en el tiempo
Tiritando de frío cuando llega la noche desolada
Con su huracán incesante sobre ríos crecientes
Ahí la bestia rumiante el pájaro con su presa
La hormiga errante la flor carnívora
Listos para ser dibujados por una máquina
Con sus aceites frescos su mecanismo intacto
Desde los milenios desde las fundaciones.

Eduardo García Aguilar


Aquí picabia

El cerebro es redondo y en su piña
almíbar contendrá la fuga elástica

Tiempos de no creer y no reír tampoco
propiciaron su asno iluminado

un número insensible de toneles
atlánticos cruzó desde su pista

Mas no llegó como Crevel a sus acuarios
sino que se vertió en sus hipocampos

Golf en Madrid Equitación en Austria
banderas no cargó mas sí sus astas.

Eduardo García Aguilar


Cardoza y Aragón ha muerto

El sol de septiembre en el poniente
intenso entre las grises nubes
y la llovizna tenue sobre el dulce
el payaso, la novia y la bandera

La vieja melodía del organillero
junto a la Catedral de Coyoacán en vilo
subraya la ausencia de quien sueña
en el río fugaz de Guatemala

En una fecha heráldica y arcádica
Cardoza y Aragón ha muerto
y sus ojos con malicia cantan al viento
que llevará sus cenizas al Ajusco

Cuando muere un poeta muere el mundo
el poeta es de aire y de palomas
más cristal más palabras más misterio
contendrá el anagrama de su natal antigua.

Eduardo García Aguilar



Lord quijano

Chaplin de medianoche con bombines
luz de charol en oscuros salones
donde el bastón aúlla hacia sus cedros

Calles adormecidas por el tedio
lo ignoraron cuando voces súbitas
emergían cual losas de su fatal océano

Idioma sin público ni aplausos
su tránsito buscó entre las levitas
brilló la luz en su rebelde estro

Ajado crepitar de sus polainas
caballos veloces sobre nubes
cubrieron su batalla sin aleros

Musgo febril en tejas españolas
alimentó su noche de tormentas
su nada para nadie en la luna perpetua.

Eduardo García Aguilar




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