"... desde el amanecer hasta las diez de la noche, en doce años que le serví, no tuve para mí sino lo que iba de las diez de la noche al amanecer. Y era tal en mí la ansia de mis composiciones, que me ponía a ellas desde aquella hora y las más de las noches me acontecía el olvido de la cama, y cuando ya el sol me entraba por los resquicios de la ventana, estaba yo a la miserable luz de un candil soneteando. No era mucho esto en el verano, en el invierno sí era mucho y tanto que pudiera deshacer un cuerpo de bronce, ya no el mío, siempre debilísimo, porque el aposento que tenía era tan roto por el suelo y por los lados, que tenía una defensa en el candil para que el aire que entraba no me le apagase, y la de mi persona era el sencillo manteo de baeta3. Y así estaba, escribiendo y tiritando, hasta que la luz del día me quitaba de este martirio, que a mí me parecía tan glorioso que me enfadaba con el sol..."

Manuel de Faria e Sousa o Manuel Farías y Sosa


"[…] los que hoy se escurecen sin razón se quejan de que no hallan alabanzas en los que les oyen conversando o conversan escribiendo. Y en vez de aplauso ganan enemigos, indigno fruto de las esperanzas de las conversaciones o de las escrituras, que habiendo de ser fáciles para obligar, dulces para mover, y doctas para enseñar, son, con aquella prodigiosa afectación, el movimiento de los sentidos, disgustados para las gracias que por otro camino se ganan y encendidos para las ofensas que por este se despiertan; porque la conversación o escritura semejantemente tenebrosa, así como ofende el oído, lleva tras sí con poderoso rapto el odio, de la misma manera que la fácil y clara transforma los contrarios en afición, los aficionados en amistad, el amigo fingido en verdadero, el verdadero en constante."

Manuel de Faria e Sousa


"Lusitano: […] Porque no hay cosa más importuna y digna de reprensión que la numerosidad y adorno de palabras exhaustas de todo concepto y lumbre de erudición, para engañar los oídos de ignorantes con aquel artificio del calamar, que como advierte Horacio en la sátira 5 del libro 1, enturbia el agua para engañar los otros peces. Que es lo que en este tiempo solamente se halla en los cultos, con que vienen a ser molestia de quien les escucha y tinieblas de sí mismos y de la verdadera elocuencia, que consta de mover con claridad […]"

Manuel de Faria e Sousa


"Porque siendo las palabras imágenes de los pensamientos, o como dice Aristóteles, simulacros de aquellas cosas que concebimos en el ánimo, no siendo nativas y propias, mal podrán expresar lo que se pretende."

Manuel de Faria e Sousa


"Lusitano: […] Que es lo que en este tiempo solamente se halla en los cultos, con que vienen a ser molestia de quien les escucha y tinieblas de sí mismos y de la verdadera elocuencia, que consta de mover con claridad, y no peregrinando lenguas, con que se escurecen más y estiman menos, pobres en la abundancia de las naturales españolas, que pudieran enriquecer las extranjeras si en ellas se hallara este desatino de no estimar las suyas […]"

Manuel de Faria e Sousa


"Que la lengua del sabio ha de ser moderada en las palabras, las cuales han de ser hijas del ingenio, con que se penetre la dificultad de los argumentos, y por eso le daba la lechuza a la propia Minerva, porque es ave que particularmente penetra el oscuro de la noche, y con la luz natural, por las tinieblas halla camino…"

Manuel de Faria e Sousa
















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