Carta a Saulo

Hermano:
Los labios con que has mentido
hoy son mis labios, olvidada la voz,
la zarza ardiente, el polvo
del camino de Damasco.
Es de madrugada.
Como un fantasma entra a mi cuarto
una anciana rezando el rosario
detenido en los misterios dolorosos.
Y todavía me bendice.
Afuera, en la noche del mundo,
de nuevo canta el gallo
tres veces por mí.
   
Alberto Lauro


"Decidí vivir fuera de mi país porque en la década de 1990 Cuba era insoportable. No aguanto el calor; no me gustan las playas porque prefiero las piscinas, ni el ron, ni los mojitos, ni las baladas de los cantantes latinos, ni el reguetón, ni la música salsa a excepción de Celia Cruz en una fiesta. Y la supresión de la paga soviética nos sumió en el abominable Período Especial. Siempre quise vivir un tiempo en Madrid. De aquí apenas me he movido y no tengo ningún interés por viajar. Ya son 20 años. No me gusta hacer turismo y me abruma estar de paso en los lugares. Quería residir un tiempo en España, que es el país de mis antepasados, naturales de Canarias y de Santander. No obstante, era en verdad un exiliado. Fue mi condición primera al llegar y lo es hoy, a pesar de que tenga pasaporte español. Este capricho se convirtió en una estancia forzosa al fin y al cabo que, al parecer, está llegando a su fin. Mi próximo destino lo ignoro, pero si me lo preguntan y me dan a escoger, querría estar con los amigos que se quedaron en Cuba como la pintora Zaida del Río, la escritora Magaly Sánchez, la poetisa Fina García-Marruz y sus hijos José María y Sergio, que son como mis hermanos; la actriz y directora de teatro Flora Lauten, mis amigos del grupo de teatro “El Público”... No en vano el poeta José María Heredia, exiliado en México, escribió que entre Cuba y España “tiende inmenso sus olas el mar”."

Alberto Lauro


Deseo prohibido

En la penumbra del bar
El poeta, cuya edad declina, bebe sin prisa,
Abandonado por las Musas.
Pero hoy, cuando ellas por lástima o compasión
Más que por piedad van a asistirle
a inspirarle el poema que lo hará inmortal,
Puntual ha llegado el hermoso muchacho
Al que con gusto, de sus pocos ahorros,
Paga favores. Mejor que escribir poemas
Es sentir su fresca piel desnuda en el lecho.
Y mientras parte a satisfacer ese deseo imperioso,
Con desprecio tira al sueño el papel arrugado,
Para siempre en blanco.

Alberto Lauro



En la cena

Esta noche, a la hora de la cena,
—no éramos precisamente doce—
en el lugar de la abuela
descubrimos a una extraña.
¿Cómo es posible que durante años
no supimos cuándo hubo de partir?
Ajenos y ocupados estábamos
en dar falso esplendor a su apellido.
¿Cuándo su traje se hizo jirones,
garras las uñas de sus manos,
pozo de sombras sus bellos ojos,
esa boca tenebrosa
en quien no llegan a reconocer
el rostro amargo de una mujer
que nos acusa de haber vendido
su casa por un pedazo de pan.

Alberto Lauro


Entrando en el templo

Es preferible uno de fango a ese dios del clero de Corinto
pues legiones de éste, con el favor de su nombre,
erigen monumentos, fortunas, potestades,
obligándonos a los gentiles,
sin resistencia por temor a su ira,
a entregar en el diezmo nuestra escasa riqueza,
miserable tributo para entrar con ellos
a sus templos donde el poder y el placer
son el oficio de quienes
dominan, bendicen y testifican.
Es preferible un ídolo de fango a ese dios del clero de Corinto,
indiferente a la pobreza del pueblo,
ciego ante el sufrimiento, sordo a la súplica.

Y sin embargo entramos en el templo.

Alberto Lauro


Estrella del norte
Éxodo 12,37

Sobre la sombra del tiempo
eres tú la más amada,
estrella del norte, testigo fiel de centinelas,
marineros y amantes.
Te contemplamos prisioneros
en el desierto de la noche
de las islas y su vasta oscuridad,
llenos de hierros y grilletes,
conducidos por los invasores
en esta interminable caravana.
Por ti no importa que nadie
venga a libertarnos si solos,
poco numerosos y en cadenas,
ganaremos todavía la batalla.

Alberto Lauro



"Llegué de Cuba en 1993 y al año siguiente publiqué en Editorial Betania Cuaderno de Antinoo, un libro de poemas en prosa, y su presentación fue en un club que era también discoteca. Unos negros cubanos tocaron tambores. El manuscrito lo tenía Gastón Baquero, que vino al acto y me dijo que el emperador Adriano, su amante Antinoo y los griegos no tenían nada que ver con aquellos rumberos tan descarados. Lo cierto fue que el público se divirtió mucho con una conga de bailarines medio desnudos y con sus torsos brillantes de sudor. Entonces le dije a Gastón que sí, que los griegos sí tenían que ver con aquellos negros y mulatos exóticos y su lujuria. Gané en 2004 el Premio Odisea con la novela En brazos de Caín. En su momento la crítica habló del tema homosexual evidente pero en verdad lo preponderante de la trama es el incesto. Ignoro otras novelas o relatos que lo han tratado en la literatura cubana, además de Cirilo Villaverde en Cecilia Valdés. Y doy una primicia, que algo he tenido que ver con la prensa rosa también, pero no me gusta nada. De ello estuve hablando con Paquito D'Rivera hace unos días, cuando tocó en el 30 aniversario del Café Central de Madrid: pronto se estrena Cecilio Valdés, ópera con música suya y textos de Enrisco. Algo irónico y divertido y genial como ellos dos. El año pasado recibí el XVI Premio Internacional de Poesía Luys Santamarina-Ciudad de Cieza con el poemario Hijo de mortales, que comencé a escribir en Holguín desde 1987 y lo acabé hace como dos años. Trato los temas de la literatura griega y romana. Soy muy vago con la escritura. “Escriba solo por urgencia” le dijo Gabriela Mistral a mi amiga Fina García-Marruz. Y yo siento esa urgencia cada vez menos. Tal vez deje ya de escribir poemas como hizo Dulce María Loynaz. Soy perezoso, indolente, también demasiado burgués para creer que la poesía salve mi vida, como creía cuando era adolescente y andaba con los poetas del grupo Orígenes, que fueron mis mentores. No me creo eso de la trascendencia, que es algo que oí mucho de los poetas y escritores de mi generación, a los que, salvo excepciones, no conocí muy pronto. He trabajado también una temporada en una agencia literaria y lo más triste que he vivido es constatar que, para la inmensa mayoría de los editores y los libreros, la literatura es un objeto más de comercio, como vender churros con chocolate (dicen que muy ricos en San Ginés pero me parece una mezcla indigerible para mí) o bocadillos de calamares o floreros. Aquí también incluyo a muchos autores a quienes sus agentes les obligan a entregar un mamotreto de más de 400 páginas cada seis meses. La escritura para mí es arte. En eso soy, como en todo, un elitista, en este casi juanramoniano, que dedicaba sus libros “a la inmensa minoría”."

Alberto Lauro



Noche de Bizancio

Un día amanecieron las casas desiertas,
los templos vacíos,
los pergaminos quemados.
El ejército enemigo
había tomado mejores posesiones. 
Nadie elevó a los dioses plegarias.
La herejía tomó sitio en los burdeles.
Guerreros de legiones invencibles fueron derrotados.
Yo besé los labios del mercader y del tahúr.
Como los caballos de Aquiles
que al llanto se entregaron
por la muerte de su amado Patroclo,
el pueblo sepultaba entre las manos su dolor.
Mercenarios y sacerdotes
que temían un sitio entre la muerte
complasiéronse en aplausos,
renunciando a su linaje,
en tanto se escuchaba la palabra indigna. 
Era la noche de Bizancio.

Alberto Lauro



Para llegar a Delfos

Cruzar el mar. Perdido en las ciudades.
Pasar entre las brumas la intemperie.
Inerme está el que para siempre escapa
extranjero hacia la noche de las islas.
Enmudecer pisando las fronteras.
Herido evadir las trampas, los ejércitos.
Evocar a alguien que amas en la ausencia
de otro cuerpo. Oír de cerca la blasfemia,
alabanzas, labios de dignos oradores,
miserables. Padecer los riesgos
del que avanza al caminar como un inútil.
Y llegar a Delfos, donde el Oráculo
entre humos, perfumes y oscuridad grita
la ofensa irreparable para quien vive
mortal e hijo de mortales.

Alberto Lauro


"Que no espero nada y no ambiciono nada. Más que persona, soy un ente que se ha quedado en una especie de limbo, aunque en 2005 el Vaticano dio a conocer que el limbo tampoco existía. Si no puedo estar en Cuba, y España es un país del que se va todo el que puede, y Miami ni los Estados Unidos me gustan para vivir, ¿qué hago? ¿Dónde me meto? ¿Me suicido? Pero si entran en la página www.cubaliteraria.com y ponen mi nombre, verán que nací en 1914 y fallecí en 1959. Así que no estás entrevistando a quien piensas, sino a un fantasma o, para ser actuales, a un clon de alguien que alguna vez existió.Según Cicerón, “la historia es maestra de la vida, luz de la verdad y testigo de los hechos”. Pero no se refirió a quién la escribe. O quiénes. De la época de la España de Franco no voy a hablar porque no la viví. La otra la sé por libros y manuales. De esta que vivo hace 20 años, sí puedo dar testimonio. Salvo uno o dos personas, no conozco empresarios españoles que no mientan en su declaración de la renta al Ministerio de Hacienda o que sean legales con sus empleados. Existe un veto tácito sobre la vida íntima de la familia real, que vive de los impuestos que pagan los ciudadanos. En estos momentos de crisis nueve personas se suicidan al día por temas económicos o desahucios. Viviendo aquí comprendo de dónde vienen y por qué los defectos de los cubanos, y cuál es el origen del pantano de nuestra historia insular. Lo que el poeta José Mario llamaba “the spanish heritage”: La herencia hispánica. Hace unas semanas The New York Times cuestionaba las oscuras fuentes de la inmensa fortuna que ha acumulado el rey Juan Carlos. Dos hijos bastardos lo llevarán a los tribunales para que reconozca su paternidad: el catalán Albert Solà Jiménez y la belga Ingrid Sartiau. Tuvo que pedir públicas disculpas por la cacería en Botsuana, donde se rompió la cadera. El diario alemán Bild Zeitung habló entonces de la supuesta amante del rey, la princesa Corinna Say Wittgenstein, nacida millonaria y noble por su segundo marido, de quien se divorció en 2000. Después de residir con sus dos hijas en España y ser asesora del rey para otros proyectos, se ha visto obligada a abandonar España. De esto los periódicos de aquí no hablan. Aquí todo es “supuesto”. Pero más. Hay delitos probados. La presentadora más famosa de televisión, Ana Rosa Quintana, le encargó a un ghost writer (“negro” se llama en España al escritor que no firma el texto, una labor que yo he hecho mucho) una novela. Se descubre que ha plagiado a la famosísima escritora de bestseller Danielle Steel. La novela es recogida de las librerías por disposición de la Editorial Planeta, que da su famoso premio por encargo hace décadas. A pesar del escándalo, funda una revista donde ella siempre sale en portada: A. R. La periodista de la prensa rosa Lydia Lozano afirmó durante meses que la desaparecida hija de los cantantes Romina y Albano vivía, y que ella tenía noticias de su paradero. Se comprobó que mentía. No obstante, aún sigue de contertulia en la televisión y opinando de lo humano y de lo divino. Los perjudicados por el caso Gescartera siguen sin cobrar el dinero que se les estafó. El banquero Mario Conde ha estado encarcelado por sentencia pero ahora es estrella de opinión de la televisión. El bailaorFarruquito, como artista un verdadero astro, con sus familiares mata con el auto a una persona, le abandonan y mienten a los tribunales. Estuvo encarcelado pero ya anda de gira por el mundo. La Sociedad General de Autores de España está envuelta en un largo litigio por enriquecimiento ilícito, prevaricación y abuso de poder. En fin, han muerto aplastadas por la multitud cuatro muchachas muy jóvenes que asistieron a un concierto en el recinto Arena. Cabían 10 mil personas pero sus organizadores vendieron 30 mil entradas. Esto, por supuesto, es “supuestamente”. Se habla de dos Españas, las enfrentadas durante la guerra civil de 1936. Creo que hay más, pero la más popular, la que vende, la que se compra es la que Antonio Machado llamaba “la España de charanga y pandereta”. Y para terminar, frente al Ministerio de Relaciones Exteriores, de los cubanos excarcelados por gestión del ex ministro de Moratinos y Trinidad Jiménez, todavía están a la intemperie un grupo de ellos apostados allí hace más de 200 días. Un tema que la prensa española ignora explícitamente. En fin..."

Alberto Lauro


"¿Yo formo parte de alguna sociedad? De ninguna. De la única que quisiera ser es la de los abakuá por influencias sobre mí de Lydia Cabrera, Walterio Carbonel y Tato Quiñones y no me aceptan porque soy gay. No sé de qué formo parte. Si te refieres a la española, cada vez está peor. Aunque todo tiene su cara positiva y negativa. Nada es perfecto. Nadie. Según la Teología solo Dios. El cambio de la moneda española por una europea (la peseta por el euro) ha sido una soberana catástrofe. Una estafa. A España no le quedaba más remedio que entrar en la órbita europea, pero los salarios de Finlandia o Suecia no son equiparables con los de aquí. En estos días he sufrido el desahucio de varios amigos, incluso con familia. Tanto latinoamericanos como españoles. Todo se rige por una ley escrita en 1909. Para los asuntos legales el Reino de España es de una pereza ancestral. Por tercos perdieron a Cuba, de lo que todavía no se han repuesto. No obstante han inventado la figura jurídica del “desahucio express”. Hayas pagado lo que sea, si no puedes seguir pagando la hipoteca, te sacan de tu casa a la calle sin miramientos de edad o de salud. Y tienes que seguir pagando la deuda contraída aunque duermas en la calle. Aquí hubo una guerra civil incruenta en 1936, herida que no ha cerrado. Ahora parece que algunos políticos quieren que supure. Cada vez entiendo menos de política. Cada vez entiendo menos a los humanos."

Alberto Lauro





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