“Cementerio general es quizás el único libro que me ha dado la recompensa de un trabajo. La mayoría cuando menciona a Tulio Mora se acuerda de Cementerio general.”

Tulio Mora Gago



Dos verdades

Una verdad es que cuando croan todas
las ranas del altiplano
en pocos momentos empezará a llover.

Definitivamente nunca fallan coro y tormento.

Tienen la precisión que le debe a la fascinación
la algarabía de un poema.

Las batracias no necesitan de la videncia o la religión
ni de la ciencia o la filosofía.

Apenas aplican el canto aprendido
desde su nacimiento oliendo en el viento
lo que su pecho despertará,
la plegaria melodiosa que no distingue
sino el júbilo compartido
por el agua que vaciará el lago del cielo.

¿Podríamos llamarlo felicidad o solo un aprendizaje
depurado en millones de años?

¿Y qué hemos aprendido nosotros en el mismo tiempo
que no sabemos cantar hasta hoy con el mismo fervor?

Tulio Mora



"El proceso histórico de la literatura es la irrupción de un movimiento que posteriormente es sacralizado y a su vez es interrumpido por la insurgencia de otra fractura. Es lo que se conoce como la temporalidad pendular que va del romanticismo al clasicismo y viceversa. Hoy el mundo tiene un contexto para revolucionar las formas y los contenidos literarios. Más aún: la tecnología es un componente que te exige una renovación permanente."

Tulio Mora



Entren en la sombra de sus máscaras,
conozcan sus relieves, miren desde
las traiciones y fracturas del mundo.

Tulio Mora



Guillermo Cárdenas
(1928- 1984)

Para mi fueron compuestos
los Cocaine Blues de Cyril Lefebvre
que en un poster de mi celda
ofrecía la circunferencia
dulce de su Banjo.

Para mi fueron cantados
los versos de Cole Porter:
I got kick for yo.

Tuve clientes más ilustres
que Freud, Mike Jagger
o el papa León XIII.

Yo convertí al Perú
en la cocaína exportadora
más grande del planeta.

Yo pasé de la polvera ejecutiva
al consumo horizontal
sin bad landing ni adicción.

Yo introduje mi producto
en aviones de juguete y a control remoto
que el Time llamó
la audacia tecnológica del crimen.

Yo ofrecí pagar la deuda de mi país
con una fórmula antiimperialista
el FMI es al Perú
lo que la coca a EE.UU.

Me mataron
los modos y los recodos
de mis socios del gobierno.
En el patio de un motín
me mataron con la hoja sucia
de un longo verduguillo.

Rey de los panes,
rey de la madera,
rey de los cristales
puros y rosados por el éter
bajo la hierba mis huesos no descansan
porque canta cuando cagan los Zorzales.

Tulio Mora


“La poesía ya estaba instalada en mí cuando me hice poeta, de modo que seguí el camino en el que encontré a otros jóvenes reunidos en Hora Zero. Entonces tuve como un desvelamiento: había que comenzar de cero o casi de cero. En ese trabajo he pasado mucho tiempo. No soy de los que se hacen ilusiones con la poesía, no vivo de ella, de modo que si logré algo pues qué bueno, y si no, el mundo seguirá rodando.”

Tulio Mora


Túpac Amaru (1740 – 1781)

Todavía hablan de mí situándome en el centro
de la imagen -las cuerdas, los caballos,
mi cuerpo que defiende la unidad intacta
de sus miembros-, y remordidos
prefieren mantenerme ingrávido en el aire.
Se llenan de frases elegantes al citarme:
Aquí no hay más culpables que tú y yo,
……………tú por someter a mi pueblo,
yo por pretender liberarlo.
……………Y hasta el horror se les antoja recurrente
al indagar en los folios del castigo
lo barroco de mi queja: Onze coronas
de hierro con puntas muy agudas,
……………que le han de poner en la cabeza…
…Por la parte del cerebro se le introducirán
……………tres puntas de hierro ardiendo
que le saldrán por la boca…
Qué decir de sus sospechas,
siempre irreprochables, al implicar
en la forma torturada
una metáfora de culpas nacionales
(el equilibrio entre mi cuerpo indivisible
y el verdugo que quiere fragmentarlo,
¿no evoca al equilibrio suicida del Perú,
su imposible armonía?).

Y se escudan en los mitos y obsequiosos
de palabras fermentan en mis miembros mutilados
(por los que yo sufro
mientras ellos investigan)
inconcretables utopías: Cuando su cabeza,
que escondieron debajo de palacio de gobierno,
……………se encuentre con sus extremidades,
volverá el tiempo de Inkarrí.
……………Y esperan que otra vez Areche me coloque
entre los potros del tormento,
y el hacha, ya no los animales,
en las diestras manos del verdugo
separe mis huesos de sus goznes
para encontrar sentido a sus asertos.
Inútil recordarles a los muertos precedentes:
que mi esposa Micaela caminó hasta el cadalso
sin bajar la vista (y eso que llevaba
la lengua hecha un guiñapo y salpicaba sangre
en las finas ropas de Matalinares);
que Tomasa Titu se rió de los cuchillos;
que el negro Oblitas derramó dos lágrimas,
no por la inminencia de su muerte,
sino por lo enojoso de las despedidas;
que, en fin, mis hijos aguardaron con paciencia
que uno a uno los fueran destroncando.
Prescindible es el dolor para tan eruditas
reflexiones: ¿abjuré del rey y sus impuestos?

¿Sobreestimé las condiciones subjetivas
y el carácter de masas de la insurrección?
¿No fui un novato en estrategia?
Pero al cabo generosos
exaltan mis virtudes
caras al siglo de las luces:
era un noble arriero que vestía
……………de negro terciopelo y cabalgaba un potro blanco
y se sabía de memoria a Garcilaso
……………y montaba el drama del Ollantay
antes de entrar en la batalla.
……………Un look para el consumo: los cabellos largos
coronados por un sombrero con el pico rombo
y el ala tiesa y circular -ideal

para levantar turistas en el Cusco.
Una tentación de los arcanos astrológicos:
Huáscar versus Atahualpa,
Manco Inca versus Paullu,
Túpac Amaru versus Pumacahua,
los pares fratricidas -Géminis, sin duda.
Una extravagancia de genealogistas:
rastrear sangre de mi estirpe
en las cortes de Polonia y Portugal.

Un recurso del poder:
citar un verso del poema vigoroso de Romualdo
(querrán matarlo y no podrán matarlo)
cuando la mancha india se arrebata.
Nada más oportuno para todo
que el agonista prometeico,
el que muere porque no muere.

Si tanto saben de mi vida y de mi gesta
¿por qué no revierten mis fracasos
y después me echan en tierra a descansar mi muerte?

Tulio Mora


















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