Constelación

Durante incontables noches
durante días tan numerosos
como las leguas de viento
en su geografía o espanto
navego ese mar que me entierra
busco la isla prometida
la constelación de islas
o incluso la tierra
- esa
que regresará sobre mi cuerpo
cual ciudad
de cosas muertas o vencidas
cosas nacidas del limbo
crecidas del limbo
para cualquier mitología
que desconozco.

Iacyr Anderson Freitas


En la cama de la habitación 536-A

cuando el sueño extiende sobre ti
el lienzo de la muerte y su desierto

algo en tu cuerpo persiste
despierto

desde lo más amplio
a lo más informe

-la vida 
hijo mío 
nunca duerme

Iacyr Anderson Freitas



Lustro

Más que la noche,
en el abandono de cada segundo,
en el dolor
donde el silencio
destila sus ardides.

más que la noche, el yugo,
desconsuelo cavando sus diques,
veranos detenidos en el claustro,
entre fiebres,
para el ejercicio de una fecha cualquiera
(ya perdida
en el piso de los meses).

como si antaño
en la difícil elección de existir,
aún fuera posible esa fuga
que se evapora de la noche
(en ese cuarto)
y para siempre
de la memoria.

Iacyr Anderson Freitas


Regreso

Era preciso estar aquí
para tocar
lo que resta todavía de esta tarde,
con sus patios, sus casas,
y la misma y siempre inútil
revelación. 

¿Recordara el año, el minuto
que, visto ahora de estos campos,
inunda el piso de la sala, innumerable? 

Bajo tales arcadas, en esos flancos
de piedra y cal, irguieron un caserío, una estación
que surge de la grava
como cosa viva, que tocada fuera
por los ojos, en un asomo. 

Embarcaderos de café
(destilando más que el zumo,
más que el vértigo, más que los huesos
resecos de asombro y polvo,
hasta un puerto
ya perdido de su puesto) embarcan ahora
la pátina
entumecida de esta tarde. 

Me fue inútil estar aquí
en este patio,
delante
de cosas muertas hace mucho
– hace mucho intolerables. 

Inútil palabra, inútil la letra
que atraviesa
esa estancia mínima del tiempo
para fundar otra instancia, lumbre
que también se agota de florecer 
y a otro embarcadero
se aventura.

Iacyr Anderson Freitas



Sentido

Sin duda un ritmo
algo impreciso
en sus conchas,
sabrá recordar
lo que se escribe ahora,
en la cincha
que el calor murmura,
pero en contienda,
sin otros lazos
que el delito de esas flores,
oh pobres, oh desguarnecidas,
como el sol
de un tejado corroído
bajo la piel.

un ritmo: sin duda
muy poco
ante el vestigio
de lo que aquí se espera.

de repente la hora calla
en las marismas.
el sentido duerme,
la pasión indaga
la muerte, otra quimera.

Iacyr Anderson Freitas


Soledad

De la infancia no llegan postales
apenas algas
y un cierto olor a nube
que el viento disimula.

alguien discurre sobre el diluvio.
el telégrafo se calla.

distinto se hizo el ejercicio de la aurora,
ornada por un sol de pobres.

de algún país
llegan las convocatorias
pero ya no basta estar entre los navegantes
para sobrevivir
(lo que fue el amor
no nos escolta).

nos quedamos solos,
con el día desvaneciéndose,
en el humo.

día espeso, espeso,
en el que aún no es posible penetrar.

Iacyr Anderson Freitas


Y sobre el desierto

primera condenación: cargar
los despojos de esa tarde, arrastrarla
hacia fuera del tiempo,
enterrarla donde no haya escapatoria. 

como los que buscan en la alforja,
entre serpientes, el alimento de sus muertos,
también ofrendaría mi cuerpo
a las figuraciones de la lluvia y del trópico,
también podría ungir
los cartílagos nulos de su nombre. 

y sobre el desierto
y sobre los despojos de todo
lo que restó de la tarde en su transporte
permanece la misma búsqueda,
incesante, de una tierra más
profunda y gastada, cada día más distante.

Iacyr Anderson Freitas








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