"El Alzheimer es un envejecimiento acelerado del cerebro, un abanico de enfermedades. Los sudokus no lo curan, pero pueden contribuir a retrasar el proceso al igual que la vida social, los amigos, el ejercicio físico o la comida adecuada. El cerebro se ejercita como cualquier otro músculo, a cualquier edad."

Raquel Marín


"El cerebro es exigente, no come de todo."

Raquel Marín




"El cerebro es un ordenador ingente, ávido de información y con agilidad para procesarla a velocidad de vértigo."

Raquel Marín



"El cerebro tiene una gran protección frente a los microorganismos, es difícil encontrarlos ahí."

Raquel Marín


"En proporciones justas la cafeína es neuroprotectora.”

Raquel Marín



"La neurociencia está cambiando nuestra forma de vivir. Por ello, es importante que las personas sepan más sobre lo que se investiga sobre el cerebro."

Raquel Marín




"Las caricias forman parte de una actitud. Si ahora mismo le sonrío al teléfono, te estoy acariciando de alguna manera. No es una cuestión solo táctil, una pauta cariñosa se refleja en todo. Intento aplicarla al hacerme el café, al ducharme, al ponerme crema..."

Raquel Marín


“Más que preocuparnos, vamos a ocuparnos de la alimentación del cerebro. Existe una aseveración reciente en neurociencia, en realidad evidencia científica, acerca de la relevancia del intestino en el cerebro: ambos se llevan bien y se dedican a una rica ‘charlatanería constante’. Le viene bien al cerebro porque éste no tiene una gran capacidad para fabricar sus propios recursos metabólicos. Aunque estés tumbado en la playa pensando en elefantes rosas, el cerebro está quemando aproximadamente unas 600 kilocalorías. Debemos caer en la cuenta de que el cerebro es un órgano muy graso. Necesita aportes pues no fabrica. ¿Y dónde lo encontramos fundamentalmente? En los aceite omega del pescado, los favoritos del cerebro. También los vegetales, los de semillas, junto a esos Omega 3 y Omega 6, son absolutamente primordiales en proporciones idóneas...
Otra fuente magnífica para el cerebro es el grupo de vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B4, B5, B6, B9 y B12), maravillosas para el cerebro y que combaten las carencias, además de la prevención en las enfermedades degenerativas. ¡Y fibra, mucha fibra! Soluble e insoluble, como esos ‘tochos’ que crujen partirlos como el puerro, el apio o el espárrago…
El azúcar refinado es tóxico para el cerebro, resulta inflamatorio; la buena es que el chocolate es bueno, siempre que sea cacao, y son muy interesantes esas especialidades que agregan aguacate, extracto de dátil, etc.
Cuando se produce la enfermedad es difícil regenerar; así pues, en el ámbito preventivo, hay que incluir los alimentos saludables que hemos comentado, fundamentales para evitar riesgos. Erradicar todo lo que se pueda las grasas saturadas, azúcares refinadas, etc."

Raquel Marín


 “Se come mucho para el corazón, para el intestino, la piel o la ‘tableta’ (el músculo), pero obviamos a este órgano que marca lo que somos y seremos dependiendo el tipo de ingesta para cuidarlo convenientemente. Nuestra calidad de vida empieza y termina en el cerebro y sin él no seríamos nada.”

Raquel Marín



"Siempre digo que el envejecimiento es hasta ahora una enfermedad irreversible, que se adquiere al nacer. Podemos ralentizarlo, pero estamos abocados a sufrirlo."

Raquel Marín



"Uno de los aspectos más tóxicos para el cerebro es el aislamiento, todavía más dañino para niños y adolescentes. Su confinamiento ha sido tremendamente nocivo."

Raquel Marín


“Todo ello contribuye a mantener el buen ánimo pues, como hemos visto, el cerebro ‘está hecho todo un gourmet’, es muy exquisito y es más pijo de lo que pensamos. Tiene un problema y es que cuando no le gusta lo que come lo acusa enseguida con falta de memoria, sensación de aturdimiento –‘se nos va la olla’- un indicador fiel de que no estamos comiendo adecuadamente”.

Raquel Marín


 “Uno de ellos, que impone mucho, es el de que las neuronas mueren y no se regeneran, a cualquier edad; los estudios demuestran que se pueden producir nuevas neuronas. Otro tabú: creemos que nuestro rendimiento cerebral es muy bajo y, sin embargo, nuestra capacidad cerebral es satisfactoria en general. El cerebro es como el ‘cerdo’ –ríe con la ocurrencia-: ¡se aprovecha todo! Y es que si no fuera así sería un fraude.”

Raquel Marín







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