Lo Imposible
Es mil veces más fácil
que hagan entrar un elefante
por el ojo de una aguja,
que pesquen peces fritos en los cielos,
que aren los mares
y que hagan hablar al cocodrilo.
Es mil veces más fácil.
A que maten, con su tiranía,
el brillo de la idea,
a que nos aparten ni un pelo
del camino que nos hemos trazado.
Lo mismo que si fuéramos veinte imposibles.
En Ledd, en Ramla y en Galilea.
Sobre sus pechos,
aquí,
como un muro,
nos quedamos,
Aquí,
en sus gargantas,
como un trozo de vidrio,
como un higo de tuna sin pelar,
como una tempestad de fuego,
en sus ojos.
Sobre sus pechos,
aquí,
como un muro,
nos quedamos.
Limpiando platos en las tabernas,
llenándoles las copas a los señores,
fregando suelos en las cocinas negras,
arrancando el bocado para los hijos
de sus colmillos azules.
Sobre sus pechos,
aquí,
como un muro,
nos quedamos.
Hambrientos.
Desnudos.
Desafiantes.
Cantando versos.
Llenando las irritadas calles
de manifestaciones,
y de orgullo, las cárceles.
Haciendo generaciones rabiosas,
de niños,
una tras otra.
Lo mismo que si fuéramos veinte imposibles,
En Ledd, en Ramla y en Galilea.
Beban el mar,
que aquí permanecemos.
Vigilando la sombra
del olivo y la higuera.
Sembrando higueras,
como en la masa se echa la levadura.
Con el frío del hielo en nuestros nervios,
con un infierno rojo en nuestros corazones.
Exprimimos las rocas cuando tenemos sed,
y mordemos el polvo cuando tenemos hambre,
pero no nos marchamos,
ni guardamos, avaros, nuestra sangre fragante.
Que aquí,
tenemos un pasado,
un presente,
un futuro.
Lo mismo que si fuéramos veinte imposibles,
en Ledd, en Ramla y en Galilea.
¡Ay, raíz viva y nuestra, agárrate!
¡Y golpeen, orígenes, el suelo!
Prefiero que revise la cuenta el agresor
antes
de que la rueda gire.
Pues toda acción exige, reacción.
¡Lean lo que la Biblia dice!
Lo mismo que si fuéramos veinte imposibles.
En Ledd, en Ramla y en Galilea.
Tawfiq Zayad
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