Adivinanza del mirlo

                                                            A Flavia

Ni siquiera la palabra mirlo puede ser el silbido del mirlo,
ni siquiera la belleza, entre escombros, decirlo: mirlo,
no sólo esa cadencia en el balanceo de las ramas,
sino el silencio al oído que anida en el mirlo
para que el silbido sea solamente mirlo:
es el temblor de las sílabas únicas en los labios,
la claridad del aire como si sus alas me rozaran.

Alberto Szpunberg



Rabí Iójanan, el zapatero, da en el clavo

Seamos sensatos:
ya no se trata de sellar el agujero de la suela
sino de enmendar la huella
que va dejando sobre la nieve un hombre descalzo.

Alberto Szpunberg



Reb Arieh Ben Naftule repasa el Libro de la Guerra

Ahora me doy cuenta de que ninguna palabra
es igual a sí misma,
aun en el mismo instante de cualquier pronunciamiento:
por eso, hecho fuerte en la cima de los siete cielos,
la estrategia del Señor es el silencio
y su táctica, un nombre impronunciable,
pero quien marcha al frente con los siete cielos
sobre sus hombros,
¿qué otra trinchera puede cavar que no sea la memoria?

Alberto Szpunberg




 XIV

Aunque ya sabes que nunca se vuelve, vuelve a casa,
acepta la pequeña mentira como un guiño,
antes de que el invierno te sorprenda
bajo un árbol de ramas despojadas:
acá se acaba el bosque,
el que creció en tus sueños
aun antes de que tus manos rozaran la corteza:
la llanura que se extiende ante tus ojos
como un mar envuelto en luminosa niebla
no tiene por qué ser el desemparo
que se abraza a tus huesos:
todo ha sido un juego de niños,
donde las reglas eran
inocentes trampas consentidas.

Alberto Szpunberg



XIX

De todos modos, creer para crecer y crear:
ya distinguimos los chingolos de los gorriones
y sabemos que el pasaje Bollini sólo dura dos cuadras,
pero, aún así, nos acompaña.

Truena sordamente, como si desde arriba nos hablaran,
y aunque es confuso entender lo que nos dicen
-siempre es confuso lo que los de arriba nos dicen-,
¿alcanzaremos a ver tanta belleza desde alguna ventana?
¿hay una puerta para entrar al mundo?
¿un balbuceo?
¿una palabra?

No sé:
perdí el papel donde tenía la dirección exacta.

Alberto Szpunberg















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