Como el amor

Eres
el cuerpo de la noche,
el silencio del tiempo,
el color de la voz
que nunca he visto.

Eres racimo y arco,
parábola,
constelación,
círculo de diversos
centros. 

Eres
un punto del espacio
donde el amor
puede seguir latiendo
sin consumir
su llama.

Alberto Luis Ponzo


El oprimido 

Qué puedo hacer aquí
cuando nadie
se reconoce en mis ropas
cuando nadie habita
mis gestos oprimidos?

Qué puedo hacer
yo que habito el idioma de todos
para ser dueño de lo que todos dicen? 

Sólo en la máscara de mi plato
el mundo se conmueve

Alberto Luis Ponzo



"Entre las actos que considero imprevisibles no puedo dejar de mencionar cómo conocí a Alba, como un hecho “milagroso” por medio de la Radio Sténtor, muy popular entonces en Buenos Aires. Ella había participado en un concurso de poesía desde su país, obteniendo una distinción, y yo traté de comunicarme a través de los datos logrados por la amistad que me unía a una locutora de la radio. Alba vivía en Nueva Palmira, pequeño pueblo frente al río Uruguay, y yo había iniciado mi carrera universitaria; además comenzaba a “imitar” a los poetas del ‘40. Mantuve con Alba una incesante correspondencia y la visitaba cuando lograba conjugar mi disponibilidad de tiempo y económica. Los dos escribíamos coplas y sonetos, y nos consubstanciábamos con los bardos de esa época: Rubén Darío, Leopoldo Lugones, Almafuerte, parte de poesía española y francesa. Eran los años de “fórmulas neorrománticas” y acontecimientos históricos y socio-culturales que determinaron las expresiones de una “nueva poesía”. Existían las tendencias modernistas y, sin mayor influencia, seguimos juntos cumpliendo “carreras” diferentes: ella era Profesora de Idioma Español e Historia y yo ejercía mi profesión de Odontología. Mientras Alba realizaba una labor de desarrollo en la vida cultural palmirense, aún derivada de la producción tradicional, yo me dedicada a atender mis pacientes, en Castelar, concurriendo en ocasiones a la Capital Federal, donde me fui relacionando con los poetas Roberto Juarroz, Raúl Gustavo Aguirre, Enrique Molina, Francisco Madariaga, Alejandra Pizarnik, Antonio Porchia y unos cuantos surrealistas. Alba en Nueva Palmira fue delineando una obra silenciosa y ligada a sus recuerdos de infancia y actualidad familiar. Sus libros fueron editados mucho después de los míos."

Alberto Luis Ponzo


Lugares comunes

En los coches de las estaciones
en los negocios
dentro de los libros de tapas miserables
o en el aire que los quema

En las leyes abandonadas
en los días secuestrados al tiempo
en los cuerpos desnudos
en lo todo lo que se entiende para morir
en las palabras

Fuera del lugar común de la sangre
en el viejo reloj
en la cuerda que se da a los muñecos

En todas partes
y en ninguna
en el vidrio golpeado por la lluvia
donde hay sombras que mueren

Sobre todo donde hay que vivir
con un ojo cerrado y otro abierto
con la mesa vacía de los otros
con el peso de todos en la única balanza

Si tengo que estar en algún sitio
si donde estoy hay algo
si hay alguna manera de que las cosas sean
como las nombramos
estos son los lugares que propongo
los lugares comunes.

Alberto Luis Ponzo


Me acostumbro a ser viento 

Desde las manos salgo.
Mis palabras son uñas
sobre la tierra, dedos
torpes y fatigados. 

Desde ellas
siento lo que sucede
y me sostengo para mirar,
cavar secretamente el horizonte,
empezar a creer en lo que digo. 

Desde las manos hablo
y alimento la piel,
aprendo en su corteza,
tomo el aire y me digo;
con las palabras voy a la existencia,
describo mi esperanza, grito
o reniego del nombre que me imponen
y lentamente
desde este umbral cercano y movedizo
me acostumbro a ser viento,
ligera decisión de la memoria.

Alberto Luis Ponzo


Nombres 

El día se desliza sobre techados rotos
las plantas olvidan su violencia natal 

Nombres que crecen
Nombres devorados 

Estoy vivo en lo que nace
en lo que hago
fuera de mí
dentro de todo 

en el rumor que escapa del origen

Alberto Luis Ponzo










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