"A la retaguardia de los ejércitos invasores operó el Einsatzgruppe con este objeto específico. Es responsable de dos millones de muertes. Bajo pretexto de trasladarlos para que se establecieran en otra aldea, los SS llevaban a los judíos al borde de una inmensa trinchera antitanque o una depresión natural. Hacían fuego en cuanto las víctimas bajaban de los camiones. Los fusilados se desplomaban en la fosa sin que nadie se tomara la molestia de rematarlos. A quienes llegaban después se les hacía avanzar entre montañas
de muertos y agonizantes hasta el sitio preciso de su ejecución.
Estas matanzas en gran escala seguían un método arduo, costoso, sangriento. Algunos oficiales protestaron. Los más terminaron por endurecerse pero otros se suicidaron o fueron confinados en manicomios. Entonces los SS recurrieron a nuevas formas de asesinato colectivo, perfeccionando la experiencia adquirida: monóxido de carbono liberado por motores Diesel, balas emponzoñadas, inyecciones de fenol y petróleo. Todas lentas e inefectivas ante el creciente número de condenados a muerte.
Aquellas industrias del gran capital que más se habían beneficiado con el trabajo esclavo -Krupp, Siemens, Farben- contribuyeron a los esfuerzos para jubilar a los superexplotados. Los químicos de Farben a partir del insecticida Zyklon (siglas de sus ingredientes: cianuro, cloro y nitrógeno) elaboraron en cristales de ácido prúsico el Zyklon B: el gas de las cámaras. Las cámaras que permitían exterminar diariamente hasta quince mil víctimas en cada Vernichtungslager y daban margen al aprovechamiento mercantil de sus cuerpos y al reciclaje de sus objetos personales. La matanza quedó íntegramente industrializada y automatizada.
Sea pues Herr Eme entre el nihilismo y la utopía del horror mirando furtivamente al cielo: constelaciones, astros muertos, luz petrificada de una antigua catástrofe que en este instante ocurre hace mil años, arenales de la Luna, desiertos de Marte donde ellos no instalarán jamás las bases que hubieran asegurado la hegemonía del Tercer Reich durante un milenio. Eme sabe que arriba, entre tanta luminosidad filtrada a veces por planetas que ya no existen, giran
complejas y precisas maquinarias habitadas por cuerpos incorruptibles condenados a girar infinitamente en su órbita. Y piensa que todo ello fue posible gracias al desarrollo de su balística, a los cohetes enviados contra Londres."

José Emilio Pacheco
Morirás lejos



Alta traición

No amo mi Patria. Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal) daría la vida
por diez lugares suyos, cierta gente,
puertos, bosques de pinos, fortalezas,
una ciudad deshecha, gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
(y tres o cuatro ríos).

José Emilio Pacheco Berny



Arbol entre dos muros

Sitiado entre dos noches
el día alza su espada de claridad:
mar de luz que se levanta afilándose,
selva que aísla del reloj al minuto.

Mientras avanza el día se devora.
Y cuando toca la frontera en llamas
empieza a calcinarse. De tu nombre
brotan la luna y su radiante armada,
islas que surgen para destruirse.

Es medianoche a la mitad del siglo.
Resuena el huracán, el viento en fuga.
Todo nos interroga y recrimina.
Pero nada responde.
Nada persiste contra el fluir del día.

Al centro de la noche todo acaba
y todo recomienza.
En la savia profunda flota el árbol.
Atrás el tiempo lucha con el cielo.
El fuego se arrodilla a beber rescoldos.
La única luz es la que da el relámpago.
Y tú eres la arboleda
en que el trueno sepulta su rezongo."

José Emilio Pacheco Berny



"Digamos que no tiene comienzo el mar, empieza donde lo hallas por vez primera y te sale al encuentro por todas partes."

José Emilio Pacheco Berny


"El amor es una enfermedad en un mundo en que lo único natural es el odio."

José Emilio Pacheco Berny
Fragmento de Las batallas en el desierto



Elogio del jabón
(fragmento)

El objeto más bello y más limpio de este mundo es el jabón oval que
sólo huele a sí mismo. Trozo de nieve tibia o marfil inocente, el
jabón resulta lo servicial por excelencia. Dan ganas de conservarlo
ileso, halago para la vista, ofrenda para el tacto y el olfato. Duele
que su destino sea mezclarse con toda la sordidez del planeta.
En un instante celebrará sus nupcias con el agua, esencia de
todo. Sin ella el jabón no sería nada, no justificaría su indispensable
existencia. La nobleza de su vínculo no impide que sea destructivo
para los dos.
Inocencia y pureza van a sacrificarse en el altar de la inmundicia.
Al tocar la suciedad del planeta ambos, para absolvernos,
dejarán su condición de lirio y origen para ser habitantes de las
alcantarillas y lodo de la cloaca.
También el jabón por servir se acaba y se acaba sirviendo. Cumplido
su deber será laja viscosa, plasta informe contraria a la perfección
que ahora tengo en la mano.
Medios lustrales para borrar la pesadumbre de ser y las
corrupciones de estar vivos, agua y jabón al redimirnos de la noche
nos bautizan de nuevo cada mañana. Sin su alianza sagrada, no tardaríamos
en descender a nuestro infierno de bestias repugnantes.
Lo sabemos, preferimos ignorarlo y no darle las gracias.
[13]
Nacemos sucios, terminaremos como trozos de abyecta podredumbre.
El jabón mantiene a raya las señales de nuestra asquerosidad primigenia,
desvanece la barbarie del cuerpo, nos permite salir una y otra
vez de las tinieblas y el pantano.
Parte indispensable de la vida, el jabón no puede estar exento
de la sordidez común a lo que vive. Tampoco le fue dado el no ser
cómplice del crimen universal que nos ha permitido estar un día
más sobre la Tierra.
Mientras me afeito y escucho un concierto de cámara, me niego a
recordar que tanta belleza sobrenatural, la música vuelta espuma del
aire, no sería posible sin los árboles destruidos (los instrumentos
musicales), el marfil de los elefantes (el teclado del piano), las tripas
de los gatos (las cuerdas).
Del mismo modo, no importan las esencias vegetales, las sustancias
químicas ni los perfumes añadidos: la materia prima del
jabón impoluto es la grasa de los mataderos. Lo más bello y lo más
pulcro no existirían si no estuvieran basados en lo más sucio y en lo
más horrible. Así es y será siempre por desgracia.
Jabón también el olvido que limpia del vivir y su exceso. Jabón la
memoria que depura cuanto inventa como recuerdo. Jabón la palabra
escrita. Poesía impía, prosa sarnosa. Lo más radiante encuentra
su origen en lo más oscuro. Jabón la lengua española que lava en el
poema las heridas del ser, las manchas del desamparo y el fracaso.
Contra el crimen universal no puedo hacer nada. Aspiro el aroma a
nuevo del jabón. El agua permitirá que se deslice sobre la piel y nos
devuelva una inocencia imaginaria. 

José Emilio Pacheco Berny




"En la costa se afirma que los cangrejos son animales hechizados. Son seres incapaces de volverse para mirar sus pasos."

José Emilio Pacheco Berny


"Escribo: doy la mitad del poema. Poesía no es signos negros en la página blanca. Llamo poesía a ese lugar del encuentro con la experiencia ajena. El lector, la lectora harán o no el poema que tan sólo he esbozado."

José Emilio Pacheco Berny



"Extraño mundo el nuestro: cada día le interesan cada vez más los poetas; la poesía cada vez menos. El poeta dejó de ser la voz de la tribu, aquel que habla por quienes no hablan."

José Emilio Pacheco Berny



Homenaje a la cursilería

"Dóciles formas de entretenerte, olvido:
recoger piedrecillas de un río sagrado
y guardar las violetas en los libros
para que amarilleen ilegibles.
Besarla muchas veces y en secreto
en el último día,
antes de la terrible separación;
a la orilla
del adiós tan romántico
y sabiendo
(aunque nadie se atreva a confesarlo)
que nunca volverán las golondrinas.
(No me preguntes cómo pasa el tiempo)"

José Emilio Pacheco Berny




"Imposible dar gusto a todos. La nieve que para mí es la diosa, la novia, Astarté, Diana, la eterna muchacha, para otros es la enemiga, la bruja, la condenable a la hoguera."

José Emilio Pacheco Berny


"La gente llega, vive, sufre, se muere. Vienen los otros a ocupar su sitio y la casa arruinada sigue viviendo."

José Emilio Pacheco Berny



"No hay rivalidades en literatura, porque cada escritor no puede competir en serio sino consigo mismo, con los niveles que se fije y las aptitudes que posea. Nadie quiere –ni puede– escribir lo que escribe el otro. Todo lo sabemos entre todos. Todo lo escribimos entre todos."

José Emilio Pacheco Berny


"No tu mano: la tinta escribe a ciegas estas pocas palabras."

José Emilio Pacheco Berny



Otro homenaje a la cursilería

"Me preguntas por qué de aquellas tardes
en que inventamos el amor no queda
un solo testimonio, un triste verso.
(Fue en otro mundo: allí la primavera
lo devoraba todo con su lumbre.)
Y la única respuesta es que no quiero
profanar el amor invulnerable
con oblicuas palabras, con ceniza
de aquella plenitud, de aquella lumbre."

José Emilio Pacheco Berny




"Pero no estaba arrepentido ni me sentía culpable: querer a alguien no es pecado, el amor está bien, lo único demoníaco es el odio."

José Emilio Pacheco Berny



"Piedra que nunca te detendrás en la cima:
 te doy las gracias por rodar cuestabajo.
 Sin este drama inútil sería inútil la vida."

José Emilio Pacheco Berny
Fragmento de Retorno a Sísifo


"Poesía no es signos negros en la página blanca. Llamo poesía a ese lugar del encuentro con la experiencia ajena."

José Emilio Pacheco Berny






"¿Por qué tienen que pegarle etiquetas a todo? ¿Por qué no se dan cuenta de que uno simplemente se enamora de alguien? ¿Ustedes nunca se han enamorado de nadie?"

José Emilio Pacheco Berny


"Si no leemos no tendremos jamás palabras para entender y transformar el mundo. No haremos nuestras las experiencias ajenas. Nuestra condición quedaría reducida a la mudez incomunicable de los peces en el acuario."

José Emilio Pacheco Berny


"Sigo pensando que es otra cosa la poesía: una forma de amor que sólo existe en silencio, en un pacto secreto entre dos personas, de dos desconocidos casi siempre."

José Emilio Pacheco Berny


"Tal vez sólo me apropio los gestos, las palabras, los actos inherentes a la pequeña fracción de tiempo asignada a mi persona."

José Emilio Pacheco Berny



"Todo nos interroga y recrimina. Pero nada responde. Nada persiste contra el fluir del día. Al centro de la noche todo acaba y todo recomienza."

José Emilio Pacheco Berny


"Todos somos hipócritas. No podemos vernos a nosotros mismos o juzgarnos como lo hacemos con otros."

José Emilio Pacheco Berny




"Y ahora una digresión: consideremos esa variante del amor que nunca puede llamarse amor. Son aislados instantes sin futuro."

José Emilio Pacheco Berny


"Y cada ola quisiera ser la última, quedarse congelada en la boca de sal y arena que mudamente le está diciendo siempre: adelante."

José Emilio Pacheco Berny


"Y veo a los jóvenes corriendo sin parar por la vía franca, rumbo a la felicidad..."

José Emilio Pacheco Berny












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