"El amor es una enfermedad. Pero es curable."

Rose Macaulay


"El camino a Rize era muy hermoso, con el mar a la derecha, verde y tibio y lleno de botes de pescadores y de barcazas, y la costa montañosa descendiendo abruptamente a la izquierda, plagada de bosques y barrancos (que debían de haber sido ríos, pero ahora estaban en su mayoría secos) extendiéndose hasta la playa, y jardines de té y plantaciones tabacaleras que olían a té y a tabaco, y rosas y adelfas que olían dulcemente a flores y a miel de los bosques. Avanzamos sin prisa, a veces al paso, a tres o cuatro millas por hora, y a veces trotando a cuarenta. Yo iba muy cómoda allí arriba y pensé que, al regresar a Inglaterra, cabalgaría en el camello más a menudo. Y también pensé que si iba a seguir el consejo de la tía Dot de viajar hacia el sur, a Líbano y Siria y Jordania, lo haría en el camello, ya que me saldría mucho más barato que si fuera en coche, pues los camellos gastan mucho menos en comida y bebida, y prácticamente no necesitan reparaciones. Así que imaginé que una nueva vida (más barata y más viajera) se abría ante mí, y que cuando la tía Dot volviera y quisiera recuperar su camello, yo me haría con otro, que sería también árabe y blanco, y viajaríamos juntas por todo Oriente. Pues no cabe duda de que un jinete es suficiente para un camello, y que, cuando van dos, el de atrás no va muy cómodo. Pensé que la tía Dot estaría muy contenta cuando le contara que pensaba hacerme con otro camello. Seguí pensando en las cosas que le diría; lo único en lo que no pensé fue en que tal vez no le diría nada en absoluto, o al menos no por mucho tiempo, de modo que fui guardando en mi mente todas las cosas que tenía pensado contarle."

Rose Macaulay
Las torres de Trebisonda




"Era un libro para matar el tiempo destinado a quienes les gusta el tiempo muerto."

Rose Macaulay



Esparcimiento de estiércol

Hay cincuenta montones humeantes en el campo One Tree,
            Acostado en cinco filas de diez,
Deben estar todos esparcidos antes de que la tierra ceda.
Como debería (y no lo hará, incluso entonces).

Conduce el gran tenedor hacia adentro, arrójalo hacia afuera;
            Tirón con un tiro de hombro.
Las cosas deben quedar uniformes, dos pies a cada lado,
            No en parches, sino nivel - así.

Cuando el montón es arrojado debes ir todo el año.
            Y aplanarlo con la pala,
Debe quedar bastante cerca y recortar hasta el suelo.
            Es como el pan con mermelada.

El viento del noreste apuñala y corta nuestro aliento;
            La arcilla empapada adormece nuestros pies.
Estamos paralizados, como las personas atrapadas por la muerte,
            En el batido del aguanieve congelado.

Creo que ningún soldado es tan frío como nosotros,
            Sentado en el barro de Flandes.
Desearía estar allí, porque podría ser
            Una cáscara estallaría para calentar mi sangre.

Desearía estar allí, porque debería arrastrarme
En mi excavación, y esconder mi cabeza,
No debería sentir frío cuando me ponen profundo.
            Para dormir en una cama de seis pies.

Desearía estar allí, y fuera de la tierra abierta:
            Una trinchera profunda que podría soportar.
Pero siendo las cosas otras, debo soportar.
            Se congela, y se extiende el estiércol húmedo.

Rose Macaulay



"La libertad siempre ha sido importante para mi."

Rose Macaulay



"La única cansada era yo, cansada de ceder."

Dame Emilie Rose Macaulay



Lo que muchas hermanas les dicen a sus hermanos

Cuando hacíamos batallas (en la Navidad lluviosa)
con soldados repartidos en tropas por el suelo,
disparaba tan directo como tú, mis derrotas fueron
tantas como mis victorias, o más.
Y cuando en batalla naval, en medio del ruido del cañón,
las flotas se encontraban en la bañera,
mis cruceros eran tan delgados, mis acorazados tan sombríos,
mis submarinos recortaban raudos el camino.
O, cuando llovía demasiado tiempo, y la fuerza del fuerte
surgía e irrumpía con golpes,
yo estaba tan en forma y tan dispuesta, mis puños golpeaban limpiamente,
tu ojo morado hacía juego con mi nariz sangrante.
¿Hubo alguna riña o estratagema en la que tú, el chico,
pudiera mejorarme? No escalabas más alto,
ni montabas más recto, ni corrías tan rápido (y fumar te hacía vomitar)
…Pero yo estoy aquí sentada y tú bajo el fuego enemigo.

Oh, eres tú el afortunado, allá entre sangre y mugre:
naciste bajo la buena estrella.

Todo lo que soñamos, tú y yo, puedes ir y hacerlo de verdad,
y yo no puedo, tal y como están las cosas.
Estás sentado en una trinchera, mientras yo estoy tejiendo
un inútil calcetín que nunca se acaba.
Bueno, es la suerte, querido; y tú la tienes, no hay miedo;
pero para mí… una guerra es poco divertida.

Rose Macaulay



Los devoradores

La ciudad de Cambridge es una ciudad asediada;
Por el sur y el norte, como un mar,
vibra en sus puertas, sin prisas ni lástima,
los valles y el pantano.

Las torres de Cambridge, tan viejas, tan sabias,
estaban construidas, pero ayer,
observadas por unos ojos secretos grises y adormecidos,
que sonreían como un juego de niños.

Los caminos al sur de Cambridge chocan con los desechos,
donde el aprendizaje y las lámparas no están,
y caen las pálidas caídas, ciegas, con cara de tiza,
y las iglesias empaladas se agachan.

Las carreteras al norte de Cambridge marchan a través de un llano
como el mar traidor.
Se tragará sus barcos, y se volverá a sonreír,
El insaciable país de los pantanos.

No sea que los abismos y los pantanos se coman a Cambridge,
y sus torres sean arrojadas y arrojadas,
y su rico vino se beba de su copa rota,
y su belleza ya no se conozca
.
Pero más allá de la ciudad transitoria, para
que nuestro amor, mezclándose con la tierra, pueda encontrar
su corazón pervertido e imperecedero.

Rose Macaulay





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