El cuadro dentro del cuadro

Como en Las Meninas de Velázquez nos gusta retratarnos
[dentro
del cuadro usando los espejos de los reyes
pero jamás supusimos que vos, Ingrid Bergman y yo,
[Humphrey
Bogart nos veríamos como en el final de
[Casablanca
en la madrugada del 10 de mayo de 1982
viendo a los soldados subir a los aviones de transporte
rumbo a los mares del sur, al frente de batalla, bah
 [a la guerra con los gurkas,
así de simple ¿quién que vio ir a su hijo a la guerra
no vio cómo se caía el borde del abismo?
 Todo fue como en una película
pero la angustia y la garganta no nos dejaron salir del
[film
y sentarnos en la platea a llorar sentimentalmente por los
[protagonistas.
(Quizá Velázquez se dibujó en el espejo porque su hijo
había sido enviado al frente de batalla.)

Alfredo Veiravé


Especies vegetales

La palmera pindó es una envidiable introvertida
como un ejecutante de jazz que improvisa sus temas bajo el vuelo
     de los loros,
   el jacarandá, en cambio, es un árbol femenino
sin inhibiciones y más bien con un orgullo legítimo por su belleza;
el palo borracho aún pálido y anémico por el problema de sus glándulas
jamás puede disimular ese complejo de su apariencia que lo hace
desconfiar de todas las conversaciones en las cuales cree
   oír alusiones a sus formas.
Solamente el gomero, suave y refinado, silencioso y seguro de sí mismo
cultiva el arte de la percepción frente a los más severos críticos
y con buenos modales en las fiestas mundanas
sonríe para adentro sabiéndose dueño de un secreto poderoso.

Alfredo Veiravé


Hyeronimus Bosch

Mi casa en Resistencia, como la ciudad de México o Tenochtitlán,
fue construida sobre una laguna subtropical de camalotes e irupés y
pájaros extraños; por eso cuando las grandes lluvias
tropicales la convierten en un
arca de Noé ella se mueve sobre los hormigueros y las aguas
y nunca hay nada que se quede fijo en esos movimientos
impredecibles por eso creo que hice mal en comprar en el
Museo del Prado una reproducción de tamaño más o menos natural de
     El jardín de las delicias

¡Cómo no se va a asustar aquí un pintor flamenco de estos
cambios de la realidad si su fantasía sólo sabe engendrar
maquinarias de monstruos devoradores europeos, un bestiario
de símbolos carnales en la aldea de Hertogenbosch!

Alfredo Veiravé


Mi casa es una parte del universo

Los que la vieron dicen que la tierra
es una esfera en el espacio, un planeta
más bien pequeño
del tamaño del dedo pulgar de los astronautas.
Yo no lo dudo porque he visto las fotografías
y porque ahora estoy a casi medio planeta de mi casa.
Lo mejor de todo esto es que en ese pulgar
también mi casa es una parte del universo.
Cómo no serlo si en el patio del fondo
hay un filodendro de gigantes hojas y también gusanos
 [bajo
 la tierra
aptos para la pesca, y ahora que me acuerdo
el olor de los helechos contra la pared
la cara de Delfina o Federico entre los árboles
y aquel canario que se nos voló de noche.

Alfredo Veiravé



Puntos luminosos

Podrías creer que el arte es como un espejo
sobre la superficie del pulgar que gira
pequeño entre ideogramas luminosos
pero los gatos
sentados entre las piernas de las hermosas
modelos te contradicen.
Ellos son un tema general abstractos como las abejas
en la lluvia como las catástrofes submarinas
el cabello de Odiseo sobre la arena
enumeraciones que no alcanzan jamás la concentración:
esa sabiduría visual de transformarnos
en puntos luminosos
dispersos dolores en la punta del pulmón
que nada tiene que ver con la concentración de la historia.

Alfredo Veiravé











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