el despertador

el cielo se derrite. se deja caer.
sostiene el colchón sobre el cuerpo. los relojes
ceden. palabras tragadas. que se ubicaron
secas en la boca. luz breve
sobre la cabeza. en la entrada sin ventana
corre sudor sobre la piel. ruidos
desde la sala de máquinas mezclan el silencio
en las líneas de la carta. libros
giraron los lomos. el techo
muestra húmedo su agujero sobre las paredes.
vaciás la papelera de oraciones destruidas.
deshilvanás los espacios. el corazón
late en la cabeza. no podés encontrar
el reloj regulado. hace tic tac.
te exprime.

Andreas Altmann


isla cabeza

paredes-bunker enrejadas cayeron en la cabeza
de la isla el mar murmura hacia allá
manos antiguas tienen hilos especiales
de los dedos, alambres fuertes atados a la piedra

después del verano van a volar
acá desde abajo se ve parte de la raíz
que no murió precipitada la costa da una vuelta de
página desde la arena muestra un reloj oxidado

está húmedo ustedes dejan pasar este tiempo después
encontré el cisne para los hilos
le faltaba la cabeza en el cuerpo
el cuadro de su sombra tenía remedio

Andreas Altmann



ojos partidos

partiste tus ojos. en el último año nos vimos
muy de vez en cuando. hablaste demasiado.
entonces el silencio no se entendió.
juntos tentamos sacar cada uno
para sí eso que estaba separado. Nadie debía notarlo.
por algunos caminos fuimos uno al lado del otro
sobre la superficie de las palabras
también una despedida necesita su tiempo.
dije deberíamos viajar juntos.
la primavera no había empezado. porque
era verano. y yo delante de la puerta. la nieve
tomó ojo los colores. historias perdieron sus
lugares. en el medio llegó tiempo. fue eso.

Andreas Altmann



Una historia del camino

el pasto está cortado, en la pared del fondo
de la casa se pierde un árbol.
sonoros son los pájaros, tal vez son tres.
debajo de la ventana se encuentra una mesa
sobre la mesa dos vasos, ambos colmados.
la lluvia no se diferencia.
la madera de las sillas se une
al arbusto. no puedo sentarme mucho tiempo.
quiero contar las piedras detrás del revoque
como si fueran un secreto.
comparo los nombres en la puerta.
los ojos se ven pequeños. claras
son las imágenes, las palabras difíciles
de reconocer. allí el silencio tampoco ayuda.
los pájaros de repente salen volando del árbol.
me apuro para ir. ánimo
las orquídeas acortan el camino
que me lleva por delante.

Andreas Altmann









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