19.

A vos, Doña Abadesa,
de mí, Don Fernando Esquío,
estos presentes envío,
porque sé que sois esa
daña que bien lo mereces:
cuatro carajos franceses
y dos para la prioresa.

Pues que sois amiga mía,
no quiero el gasto mirar,
y os quiero yo esto dar
con toda urgente guía:
cuatro carajos de mesa,
que me dio una burguesa,
en sendas vainas de lía.

Muy bien se parecerán
si es que llevan condones
de dos pares de cojones;
y ahora os voy a dar:
cuatro carajos asnales
enmangados en corales,
con los que cojas el pan.

Fernando Esquío


A las aves, meu amigo

Vaiamos, irmana, vaiamos dormir
nas ribas do lago, u eu andar vi
a las aves, meu amigo.

Vaiamos, irmana, vaiamos folgar
nas ribas do lago u eu vi andar
a las aves, meu amigo.

Enas ribas do lago u eu andar vi,
seu arco na mano, as aves ferir,
a las aves, meu amigo.

Enas ribas do lago u eu vi andar,
seu arco na mano, a las aves tirar,
a las aves, meu amigo.

Seu arco na mano, as aves ferir;
e las que cantavan leixa-las guarir
a las aves, meu amigo.

Seu arco na mano, a las aves tirar;
e las que cantavan non as quer matar
a las aves, meu amigo.

Fernando Esquío


A las aves, mi amigo

Vayamos, hermana, vayamos dormir
a orillas del lago donde yo andar vi
a las aves, mi amigo.

Vayamos, hermana, vayamos jugar
a orillas del lago donde vi andar
a las aves, mi amigo.

A orillas del lago donde yo andar vi,
su arco en la mano, a las aves herir,
a las aves, mi amigo.

A orillas del lago donde vi andar,
su arco en la mano, a las aves tirar,
a las aves, mi amigo.

Su arco en la mano, las aves herir;
y a las que cantaban dejarlas huir,
a las aves, mi amigo.

Su arco en la mano, a las aves tirar;
y a las que cantaban no quiere matar,
a las aves, mi amigo.

Fernando Esquío


¿Qué me quieres, Amor?

Amor: a ti me vengo ahora a quejar
de mi señora, que te hace llegar
donde duermo y venirme a despertar
y de gran pena me hace sufridor;
pues no me quiere ella ver ni hablar,
¿qué me quieres, Amor?

Esta queja ahora te he de traer:
que no me vengas el sueño a romper
por la hermosa del buen parecer
que en matarme tiene el gusto mayor;
pues ningún bien me quiso ella hacer,
¿qué me quieres, Amor?

Amor: te aviso de esto también:
que no me rompas el sueño por quien
pudo matarme y me tuvo en desdén
y de mi muerte no tiene temor;
pues no me quiso ella nunca hacer bien,
¿qué me quieres, Amor?

Amor: te aviso de esto yo igual:
que no me rompas el sueño por tal
que no hace bien sino daño mortal
y me lo hará, de esto soy fiador;
pues su bien pronto me es pena y gran mal,
¿qué me quieres, Amor?

Fernando Esquío



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