A una joven sindicalista

Hablarán de Beatriz, de Laura, de Eleonora
D'Este y de Juliette Récamier,
De Jeanne y Madám Sabatier
Y de muchas más.

Pero yo aquí solo escribo de ti.
Mi charmeuse, mi encantadora.

Siglos de tratados sobre el erotismo
No valen tu risa gutural.

Giovanni Giudici


Con ella

Fue difícil con ella. Pero no te arrepientas
del junio lejano, la palabra corazón,
los dientes como perlas duras sobre el beso inexperto,
la mano temerosa, el pudor contemplado.

Pensando en retrospectiva, era poco más que una tonta,
hoy dirías que se pone duro,
y mucho menos te pregunta la persona que repite:
cinco mil en el hotel y dos en el auto, con la boca.

Giovanni Giudici


Cuerpo 

Cuerpo - No ignoro
tu lástima.
Yo, que incesantemente exploro
tu pensamiento y tu pensamiento.
Y
comparo tu fondo con el fondo del inmenso mar :

aquello que en ti y en ti
viaja más allá de este aparente
estar quieto en un lugar o en una cama
y cambia - sustancia de tu apariencia
más allá de esta aparente
identidad tuya.

Cuerpo - de olor y calor,
de fuego, luz y vapor.
Cuerpo: dedicado a las cenizas
y la inconsciencia solitaria de uno mismo.
Tú que no puedes dejar de quemarte para darte.
Tú que no puedes aferrarte al momento que te ama.

Cuerpo: curiosidad
animalmente desarmada que hurga
en un juego de niños entre los setos.
Cuerpo - que ocurre en otro cuerpo
y en él está ansioso por reflejarse a sí mismo,
por imprimirse con una huella de temblor.

Cuerpo: mónada cerrada
si cierras las puertas y ventanas de tus sentidos.
Cuerpo: desnudo e iluminado.
Cuerpo - luna y sol.
Cuerpo: silencioso y paciente.
Cuerpo - que ninguna mirada ha recordado.

Cuerpo: lo que se desborda
más allá de los estrechos confines de la mente
y navega hacia su propia destrucción.
Y para una sombra, una mínima arruga en el vientre
o un torpe estiramiento del pie declara
su irremediable melancolía.

Cuerpo - ofendido y encantador.
O espíritu puro.

Giovanni Giudici


El orden

Yo el hombre que se reía mientras dormía

En el corazon de algun sueno que me vieron
Tirado castamente en la cama
Y comentando - mira como se ríe
El que siempre está despierto por su cuenta

En el fluir de pensamientos que me acarician
Lleno de felicidad detrás
A través del agujero en el cerebro más allá de la frente
Volaron una brisa cometa

Me imagino como pudo
Date la hermosa visión
Cerrado a los obscenos que se ríen
Vattelappesca lo que navega en su cabeza

Ven y pueblame hacedor de sorpresas
Que de repente convierte las lágrimas
Tu que da una ramita
Ingresos zufoli

Mago de las manos de la sombra descubridor del nido
Que el lobo habla a los muros de la tarde
Tu haces el tren y la sirena grita
Tu locutor de la nieve en la puerta

Separar el agua del vino en el mismo vaso.
Dime un pensamiento que vive dentro de mi
Hace ruido a la lechuza que te responde desde afuera
Háblame del futuro del mañana que ha pasado

Principio de todo amor
Bien compuesto castamente en la cama
Mírame como me río mientras te espero
Oh, mi difunto visitante.

Giovanni Giudici



La vida en versos 

Pon en versos la vida, transcribe
fielmente, sin omitir
detalle alguno, la evidencia de los vivos. 

Pero no olvides que ver no es
saber, ni poder, sino la ridícula
manera de ser tú. 

Entre los dos mundos se enlazan
complicidades de vísceras, miradas relampagueando
de acuerdos. Y los espectadores se asoman 

al limbo desde los balaustros intermedios:
aplauden, entre todos compadecen los sentidos
del sublime, el infame, el ilustre.

También pon en versos que morir
es posible, más que nacer
y, de cualquier modo, el ser es más que el decir.

Giovanni Giudici


Recomendaciones del área deprimida

"¿Cuántos dólares, cuántas libras?
No una lira, te sacan miles.
Anda a Francia, pero cuidado con toda ese dinero.
Hay quienes viajan por el mundo solo con un propósito.
Ven enseguida que eres italiano.
Te ven tratando de no dar mala imagen.
Se hacen amigos, te invitan a comer.
Te presentan mujeres con las que están arreglados.
Franceses, portugueses y turcos, especialmente.
Con tanto dinero, cuídate de esa gente.
Los ingleses son ricos y no te roban.
Los estadounidenses están muy lejos.
En los bolsillos no, llévalo en los zapatos.
Ahora, me pregunto y digo qué harás con él.
Se precisa no tenerlo para saber cómo gastarlo.
Harías mejor en darme una parte para que te la guarde."

Giovanni Giudici


Sin título

¿Por qué con ojos cerrados?
¿Por qué con boca que no habla?

Quiero mirarte, quiero nombrarte.
Quiero grabarte y tocarte:

Sentirme que te hablo,
Verme que te veo.

Decirte - eres esto tienes este nombre.
Al canto que calla no le creo.

Así en mí te destruyo.
No seré, vos serás:

Te sigo y te huyo:
Bella vida que se va.

Giovanni Giudici




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