Aceptación

He heredado el bastón
de mi madre.
Su vida fue más dura que la mía,
y aun así lo necesitó
mucho más tarde que yo.

Ahora que me sostengo a mí misma con él,
aprieto una vez más la empuñadura
a la que en mi terquedad
tan a menudo me resistí
y oigo la suave voz de mi madre:

“Siempre supe
que nunca te cuidarías.
Hasta tal extremo eres mi hija.
¡Vamos! ¡Camina erguida!”

Christine Busta


Encuentros en la lluvia

Erizo,  mi pequeño hermano con espinas,
camuflado como un trozo de tierra
en la pradera húmeda enrollado.

¡Finge estar muerto! Lo sé bien:
muy adentro escondemos
nuestro vulnerable calor vital.

Christine Busta




Signale

En ese entonces, a las dos de la madrugada
en la estación de Nürnberg:

Nadie bajó o subió,
sólo se embarcó el correo,
con mensajes de adormecidos para durmientes.

Entre las vías y el cambio de agujas
un descarriado grillo
chirrió y chilló y y chirrió.

Christine Busta











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