Agujero negro

Esa boca que devora el centro de la galaxia
pero deja el borde azucarado para después
no es una boca: del agujero sólo se puede decir
lo que el agujero no es. No es boca ni dice,
o lo que dice es palabra negra, pura implosión.
Quién otro sino este dios cabeza de alfiler
puede doblar así el espacio, plegar sin crujido
todos su vapores y metales, volverlo pañuelo
paloma y conejo en su galera de una sola vía,
moridero o esencia del arte de la desaparición.

Bruno Di Benedetto



Cianuro

Muerdas o no muerdas el anzuelo por la boca morirás:
la ley del embudo no perdona. El veneno no distingue
entre capas geológicas. La existencia mineral es difusa,
profusa y confusa, la del veneno no. El veneno busca
y nos encuentra en tu doblez más ínfimo. No alcanza
con cerrar los ojos: la venda ya está en la boca. Morir
es cuestión de boquear aguas abajo, y un brillo de oro
comiéndote el pulmón: la asfixia empieza en la mirada.
(El antídoto está en el nervio del sustantivo, en su tendón
sin músculo y su pluma de silencio, en su hueso de volar).

Bruno Di Benedetto


"En la (ya no tan) pequeña orquesta involuntaria de la poesía argentina suenan liras y matracas, y también zampoñas, clavicémbalos, monocordios, gritos, gaitas, maracas y mucho silbato de vigilante y de referí; hay siringas, violines de lata, oboes y triángulos, bandoneones, cajas, pifilkas, latas y botellas, guitarras solitarias, bajos profundos, agudos inaudibles. A menudo domina la sección de los bombos y los autobombos, cuando hay excesiva preocupación por sostener el propio compás; mucha blanca, poca redonda, las negras un poco desteñidas, mucho corcho y poca corchea, tímidas fusas, vertiginosas semifusas y, para mi gusto, muy pocos silencios.
Pero en esos silencios se escucha el canto de un pájaro siempre por nacer.
En definitiva: no me molesta el batifondo. Hay días en que se disfruta. Lo que me preocupa es cierta musiquita resignada (en el ahorro de riesgos, en los temas, en el lenguaje, en la búsqueda de los límites: un sonsonete tal vez pariente de cierto fallido decreto que daba la historia por finalizada) que parece imponerse de a ratos largos, como si quisiéramos condenarnos a hacer nada más que toc toc con una piedra y dos palitos, mientras ahí nomás sigue esperando esa infinita riqueza abandonada."

Bruno Di Benedetto



“Escribir es como montar un tigre, o uno de esos caballos de los que uno luego no sabe cómo bajarse. A veces al poeta no le queda otra que acompañar lo que el poema reclama, entregarse a continuar con las palabras ya escritas, que reclaman otras palabras.”

Bruno Di Benedetto



"La poesía es mucho más que una suma de significados."

Bruno Di Benedetto


“La poesía y la física tienen muchos puntos en común. La ciencia cada vez más debe recurrir a la poesía para explicar lo inexplicable. A veces la metáfora es la única vía posible para nombrar lo innombrable.”

Bruno Di Benedetto


Materia fractal

III

Como tus hijos vistos por los mil ojos de la abeja.
Como el temblor del hierro ardiente en agua fría.
Como el cansancio del asedio a una ciudad gris.
Como los zapatos que olvidamos en el camino.
Como la sospecha de saber que vive algo más.
Como el eco de ese pozo cada vez más hueco.
Como el desborde de un río en plena sequía.
Como dormirnos después de hacer el amor.
Como ese río asombrado de su temeridad.
Como el dolor de la herida que envejece. 

VI

Como callarnos.
Como respirar.
Como insistir.
Como desear.
Como arder.
Como amar.
Como atar.
Como ser.
Como es.
Como si.

VII

Cómo.

Bruno Di Benedetto



Materia oscura

Lo crédulo del ojo flota en la pura tensión superficial: como un mosquito que camina en el agua, la mirada no entiende ni la profundidad ni la fórmula del mundo: una parte de luz diluida en noventa y nueve de sombra. El ojo es flor carnívora que creció equivocada: muerde lo que no hay, y su dentellada engorada el ojo del amo. Encandilados por esta fracción de luz, vamos de tumbo en tumba, pero es lo oscuro, su hambre gravitatoria, su vocación de grumo, lo que dice cómo y dónde. 
Ceguera, ceguera, ceguera. El resto es lo que somos.

Bruno Di Benedetto


Teoría de cuerdas

En el sótano de la luz cantan las costureras locas la canción
de lo que existe y no se ve: cosen y cantan; y lo que se ve
es papel de molde prendido al mirar por un alfilerazo cruel:
las puntadas se sienten en el revés del ojo, y no hay espejo
que diga la verdad: el traje siempre te quedará grande.
Lo carnoso de la vigilia nos ensordece: llamamos música
esto que el sueño sopla por el hueco profundo de su hueso,
y silencio al llamado de las sirenas de la fábrica de lo que hay:
esas obreritas que retuercen el espacio en diez dimensiones
(como pañuelo de llorar) y de cada mal paso hacen un mundo.

Bruno Di Benedetto







No hay comentarios: