Altamira -o el monólogo del pintor rupestre-

Las llanuras son tan inmensas,
la cueva tan estrecha. La angustia
traspasa como humo la mente, el corazón de estalactita
de la muerte desgrana su tictac en las tinieblas.
    Quiero fijar
el instante perdido de la vida en una línea
grabada en la piedra de las paredes de la cueva: un bisonte
con los cuernos vueltos hacia el destino,
    un joven corzo
que al alba siguió a su hembra, pero que ahora
es un montón de huesos roídos y blanquecinos
en torno a la hoguera de los cazadores.
    Quiero pintar
con ocre, hollín y sangre, pintar
la vida que jugaba
como una cervatilla por las ventosas llanuras
antes de convertirse en comida, antes de que
la belleza se ahogase en estómagos sin fondo.

Sopla el norte. Truena
en hielos crecientes. Pero la gente está de fiesta.
Satisfechas sonrisas untadas de grasa brillan al resplandor
del fuego que sisea alrededor de pesados espetones,
    las mujeres chillan
con huellas de sangre de los dedos de los cazadores
sobre pechos y muslos —lejos bajo la luna
los lobos anuncian el invierno.
    Quiero pintar
con ocre, hollín y sangre, pintar
a la cervatilla que murió bailando
y muere diariamente
con un despiadado pedernal en el corazón.

Hans Børli


Distancia

Me levanto y miro al cielo
una tarde de primavera bajo el vuelo de las becadas.
¡Extraño! La estrella mas grande
es una cosa diminuta
que puede cubrir la hoja de abedul.
La
distancia, es la distancia
que hace soportable lo eterno
Es bueno que arroje una sombra tan grande,
lo pequeño que está cerca...

Hans Børli



El árbol que crece de arriba hacia abajo

El sueño es un árbol
que crece de arriba hacia abajo.

Sus raíces fijadas en el cielo,
delicadas raíces de cabello que chupan
extraño alimento
de la oscuridad mohosa entre las estrellas,
mientras que su copa extiende sus ramas como
un lugar de descanso para las aves
en los espacios infinitos del corazón humano.

Hans Børli


El sabor del mal tiempo

Me gusta el mal tiempo.
Fuerte lluvia en el otoño.
Fuertes nevadas para Navidad.
Libera y alivia
algo congelado y azotado por el viento dentro de mí.

- acostado en un granero de heno
cuando la lluvia golpea el techo de hojalata
y el bosque vaga por la niebla gris.
Es como finalmente llorar
completa y libremente
después de una larga hibernación en la tierra desnuda de la mente.

O esquiar sobre el Paul en
un día de enero,
cuando los copos de nieve brotan
por el espacio como chispas blancas.

Y el mundo se hunde, se
hunde con susurros blancos
en el cielo -

Así que estás solo por primera vez,
completa y gloriosamente solo.
Sabes que incluso tus pistas de esquí
se borran tan
pronto como te vas.

Sí, me gusta el mal tiempo.
Pero la vista de pájaros volando a través de la caída
pesa en mi mente.

A menudo me encontraba en un terreno elevado
cuando las grullas giraban hacia
el sur con el sol bajo sus alas grises.
Entonces supe con tristeza
que me encanta el mal tiempo
porque es gris ,

como el olvido.

Hans Børli



Escribir poesía

Decididamente, no: no es difícil escribir poesía -
es imposible.
De lo contrario, ¿crees que habría insistido en ello
durante más de 40 años?

Intenta, intenta
ponerle alas a una piedra, intenta
seguir el rastro de un pájaro
en el aire.

Hans Børli


La mano de Dios

Mi pequeña vida recóndita:
Una llama de cerilla
que flamea asustada
en el hueco de la mano de Dios
durante las ventosas noches del mundo.
Sí, en el asustado resplandor de mí mismo
he visto la palma
de la mano de Dios.
Era dura y tosca,
gastada
como la mano de un colono
que una tarde en su campo
aplasta un grano de cebada para ver
si el meollo es bueno

Hans Børli


Las palabras

Miedo a las palabras:
esto es algo que aprendí.
Versos que escribí,
versos que quemé.

De la duda en mi corazón
comienzan los susurros crueles:
"Débil, escribes
con arte prestado.

La hoja es hermosa
cuando es blanca.
Guarda el espacio para la palabra
que no puedes escribir".

Hans Børli






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