Amigo del enemigo

La yema de huevo bajó por mi pierna
como un hermoso caracol sin su concha,
bajó por la cuesta
a la cacerola del agua, a las moscas ninfa,
hacia los labios de pececillos de estanque,
abajo de la enorme barriga del gar – el juerguista
y habiendo buceado y perdido, entonces va
a la garra de la pantera coja
que corrió de vuelta a su guarida con ella .
Pero la clara, se queda conmigo,
marca de la bestia, el ave y el trato.

Frank Stanfor


Fosas

Continuamos y temblamos.
Dios dice que ahora podemos follar.
Dios dice renuncia a todos tus amantes,
Es tiempo de morir.

Cuando era más joven conducía un Lincoln.
Dios dijo cámbialo.
Un poco amable, y luego terrible,
Y enfermo de mi propio género,
Quise volverme mujer.
Quise lavar los pies de otra mujer
En público, quise sus ojos
Sobre mí, olivos sobre la tierra.

Te di mi mano,
Ahora ando con la manga
Escondida en mi abrigo.

No subo a los árboles, tocando
Un pecho a la vez,
Sin tener una  mano para mí.

Continúo y tiemblo
Con tu espalda en mi sangre,
El aplauso que mi madre me dejó.

Conmigo nada más, y ahora,
Y por siempre, y aún para siempre
El polvo de mis pies
En el desierto
Te doy extraño mi signo,
Mi tranquilidad,
Pero Dios, tú recuerda
Cómo me chingaste de más.

Frank Stanfor


La luz que ven los muertos

Hay muchas personas que vuelven
después de que el médico ha alisado la sábana
en torno a sus cuerpos
y ha abandonado la habitación para hacer su llamada.

Mueren, pero viven.

Se los llama los muertos que vivieron a través de su muerte,
y entre mi gente
se los considera sabios y rectos.

Flotan fuera de sus cuerpos
y se mueven ágilmente en el techo igual que polillas,
observando el trajín de cuantos los rodean.

Las voces y las imágenes de los vivos
se desvanecen.

Un estruendo los absorbe bajo
las ruedas de una oscuridad sin dolor.
A lo lejos
hay alguien
que hace oscilar una linterna como si fuese un guardavía.

La luz aumenta, una flor blanca.
Se vuelve muy intensa, como música.

Ven los rostros de aquellos a quienes amaron,
los verdaderos muertos que hablan amablemente.

Ven a su padre sentado en el campo.
La cosecha ha acabado y su silla de mimbre está reparada.
Hay una toalla en torno a su cuello,
huele a ron.
Luego ven a su madre
de pie detrás de él con unas tijeras de esquilar.
Sopla el viento.
Ella le está cortando el pelo.

Los muertos han contado estas historias
a los vivos.

Frank Stanfor


La mañana

Aire, te amo como una novia
ama su cuerpo, como el loco el desierto,
el caballo su sombra en el campo,
el triste a los alegres y transformados,
te amo como un vagabundo
ama su canción, te amo como un poeta
ama su cuarto, su legendario personaje.

Frank Stanfor



La verdad

a Nicanor Parra

No te voy a mentir
A través de mis dientes
Como los poetas de Minnesota,
Del Sur, y del Oeste
Y de Nueva York.

Más que todo en la vida
Quisiera otra vez coger con alguien de treinta,
Y no tengo ninguna duda
Al decir que preferiría ser Marlon Brando
Más que T. S. Eliot, etc.

Tengo más respeto por Muhammad Ali
Que por cualquier otro hombre vivo.
De acuerdo, lo he intentado en Esquire,
Pero mis zapatos no son de plataforma
Y no sé una mierda sobre canoas.

Sin embargo, puedo probar que
Casi todo poeta trabaja en la comisión de caminos.
Hay más poetas que lo que hay de
Moscas  o ingenieros.
Y yo apesto como una mula muerta bajo un paso a desnivel.

Frank Stanfor


Todos los que están muertos

Cuando un hombre ya sabe que otro
lo anda buscando,
el hombre no se oculta.

No se espera
a pasar otra noche
con su esposa
o a acostar a sus hijos.

Se pone una camisa limpia y un traje oscuro,
y va a la barbería
para dejar que otro lo rasure.

Cierra los ojos,
se recuerda a sí mismo cuando niño, desnudo
y recostado en una roca junto al agua.

El hombre pide, luego, la loción especial.
Los viejos se colocan junto a la silla, en fila,
y el barbero rocía un poco a cada uno
de ellos en las manos.

Frank Stanfor












No hay comentarios: