Bares

Vivir es alegre -los he oído reír cada vez
más fuerte -y seguían cada vez más alegres-
la noche se apiada de mí porque no siento
vergüenza.
Y una más pide el más ronco -que traga sin ser
procaz- porque es suave y delicado- adora la
botella como una nalga de mujer-
a grandes sorbos.
Aquél sí es de los peligrosos: roba mata miente
y es astuto- pero cuando pasa próximo a mi mesa
sus grandes ojos de arañas sedosas se deslizan
como un tigre en mi regazo- Por fin siento
que he viajado-

Carmen Ollé



Cavalcanti

Si una rosa no alcanza la plenitud, de tu destreza - Guido - no respondería.
La dama siempre de espaldas sonrió a un paisaje añorante.

Puesto que esa mujer más que razonar sueña, ella es en su
quietud más vieja que tu exilio,
y si otro besara su cuerpo amado ¿Tu regreso no sería inútil?
Como cualquier locura, viento o blasfemia que mueva a quien
tanto ambiciona
Puesto que esa mujer no ambiciona sino sueña se ha mantenido
joven en su pobreza.
Y si alguien derramara el vino atento sobre ella, y otro la
besara en su coño, que sería, entonces, si un viajero.....

Carmen Ollé



Frágil ante lo inmundo

Frágil ante lo inmundo
lo inmundo considerado como una débil respuesta
del ser cotidiano ante sus mezquindades
me sorprendo en una ciudad cuyo nombre
ni la humedad pegada a los muros ancianos
ni sus palomas tísicas
me importan
como estar en su imagen de plástico
hundiéndome en La Defense
o
perdida en el ardor de su pasado

ah pureza frescor de lo marchito
toneladas de plumas nos cubren
nos desnudan en tu presencia
y tú ciudad donde hoy habito
¿naufragas o emerges de mi
caleidoscopio?

A pocos metros de la estación moderna me habita
en pequeñas áreas mal ventiladas
campiñas fantasmales donde uno (de pocos ingresos)
atraviesa la tarde de un verano desolado
desde sólo un ángulo
-lo maravilloso de la tarde-
su caricia en el sexo es la de un espectro
y amo esa tarde como en un film.

El ardor del pasado descansa en la infancia
pero no puedo ocuparme largo rato de esta transparencia
y no deseo edificar una infancia
lo maravilloso es la rama torcida
que se eterniza en un material innoble (chatarra)
esta falta de flores lo es sobre la tarde gris.
Apoyada en tus brazos:
de las viejas Bastillas
nace tu sonrisa más fresca
y mis partes están irritadas con fluidos verduscos
como tonos impresionistas
caminando para aprehender el rígido otoño en el Louvre
el sentimiento de piedra de la Venus egipcia
o el gesto de bronce de una pierna de gladiador
-sótanos y galerías de tesoros robados-
camino, palpo el tubérculo de los recuerdos
mi cuerpo de niña
el silencio rígido
de la pureza
nada de entonces puede penetrarme en el miedo
como esta ciudad en la usura.

Carmen Ollé


Las personas creen en la sabiduría

A los cuarenta estoy con un palmo de nariz.
Me apena haber leído tanto y no haber consumado
el placer. Regenta de mi cuerpo, de esta piel bajo
la que fluye el aceite.

Nada a mi alrededor, sólo una hija tierna
-benignos otoños-

Finjo lo que no sé, soy una actriz, mi trabajo
es perverso. He amado menos de lo que supe amar,
en las tardes es el silencio; de noche, el silencio
y el sueño.

Carmen Ollé


Suburbio

Aquélla, la más perversa nunca amó.
Se enredó en mis brazos entre sábanas. Sabia,
los pies hacia la puerta...

Irascible, su único defecto era su única virtud,
al placer amó más que al dinero,
a una cicatriz
que a un collar de perlas.
Yo que frecuento las tabernas cerca al mar
sé que ella piensa en Lautréamont
-nombre desconocido-
y en la melancolía de un atardecer gracioso
como un ojo vaciado.

Carmen Ollé



Tener 30 años no cambia nada salvo aproximarse al ataque
cardíaco o al vaciado uterino. Dolencias al margen
nuestros intestinos fluyen y cambian del ser a la nada.

He vuelto a despertar en Lima a ser una mujer que va
midiendo su talle en las vitrinas como muchas preocupada
por el vaivén de su culo transparente.
Lima es una ciudad como yo una utopía de mujer.
Son millas las que me separan de Lima reducidas a sólo
24 horas de avión como una vida se reduce a una sola
crema o a una sola visión del paraíso.
¿Por qué describo este placer agrio al amanecer?
Tengo 30 años (la edad del stress).
Mi vagina se llena de hongos como consecuencia del
primer parto.
Este verano se repleta de espaldas tostadas en el
Mediterráneo.
El color del mar es tan verde como mi lírica
verde de bella subdesarrollada.

¿Por qué el psicoanálisis olvida el problema de ser o no ser
gorda / pequeña / imberbe / velluda / transparente
raquítica / ojerosa…?

Del botín que es la cultura me pregunto por el destino
¿Por qué Genet y no Sarrazine?
o Cohn Bendit / Dutschke / Ulrike
y no las pequeñas militantes que iluminaban mis aburridas
clases en la U
ELSA MARGARITA SIRA

Marx aromaba en sus carteras como retamas frescas
qué bellas están ahora calladas y marchitas.

No conozco la teoría del reflejo. Fui masoquista
a solas gozadora del llanto en el espejo del WC
antes de que La muerte de la Familia nos diera el alcance

La desnudez de los senos, la obscenidad del
sexo, tienen la virtud de operar aquello con
lo que de niña no has podido más que soñar,
sin poder hacer nada

Carmen Ollé


Vibración

Tarde
Mina y yo bajamos por la avenida Aviación
La noche de brujas
Los carteles iluminados de pollerías y bares
Insinúan que esta noche se llena
De hambre
De macabros huesos
En la Taberna de los monjes
Sobre una gran pantalla
Madonna escupe su risa provocativa
Las dos nos hemos sentado a la ventana
Una grada más alta que la realidad
Como si la inocencia necesitara tres centímetros de altura
Nadie ve que sonreímos por algunas tonterías
Como dos niñas con helados de fresa
O de vainilla
Nadie ve que rozamos nuestras yemas
Como si fuera la primera vez
Tengo el rostro estragado por el licor
Y pronto el barquero me arrastrará
Como a un alma en pena
Entonces me será difícil recordar
Y sostener la visión de sus labios
Que soplan un mechón de mis
Cabellos.

Carmen Ollé








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