Como se hace un poeta

Primero amar, y luego
amar, y luego amar, y luego amar;
y el día que no arda el sacro fuego,
entonces recordar...

Amar a la Elegida, y prolongar
el amor de la Amada
a todo lo que a ella es familiar:
su calle, su casita, su almohada...

Así, amando sus cosas, uno aprende
a amar todas las cosas,
y a vestir de miradas bondadosas
la desnudez de aquello que no esplende.
Hay que ser como el sol: luz que ilumina
con idéntico amor, rosa y espina.

Gustavo Riccio


"Cultivar el espíritu, tratar de ser cada día mejor y más bueno y si tenemos el don divino llegaremos a ser un gran poeta. Esa es mi "escuela"..."

Gustavo Riccio


Elogio de los albañiles italianos

De pie sobre el andamio, en tanto hacen la casa,
cantan los albañiles, como el pájaro canta,
cuando construyen el nido, de pie sobre una rama.

Cantan los albañiles italianos. Cantando
realizan las proezas heroicas estos bravos
que han llenado la Historia de prodigiosos cantos.

Hacen subir las puntas de agudos rascacielos,
trepan por los andamios; y en lo alto sienten ellos
que una canción de Italia se les viene al encuentro.

Más líricos que el pájaro son estos que yo elogio;
el nido que construyen no es para su reposo,
el techo que levantan no es para sus retoños...

¡Ellos cantan haciendo la casa de los otros!

Gustavo Riccio




"Hay que ser como el sol: luz que ilumina
con idéntico amor, rosa y espina."

Gustavo Riccio


La lluvia sugestiva

Del vidrio para afuera
la lluvia está cayendo.
Ella y yo la miramos
del vidrio para adentro.

La lluvia se deshace
sobre el gris pavimento
y despeina a los árboles,
desnudos bajo el cielo.

Sin pensar, pensativos
nos estamos poniendo;
el agua de la lluvia
nos hunde en el silencio.

—¿En qué piensas?... —En nada.
¿Y tú?... —Si yo no pienso...
(El agua de la lluvia
lava los pensamientos).

Mamá junto a nosotros,
nos contempla sonriendo.
Y pensará: “¡Este hijo!
Si querrá darle un beso...”

Madre que me conoces
apasionado y tierno,
tu pensamiento casto
me ha encendido un deseo.

Ella lo ha comprendido,
me ha mirado sonriendo,
y, bajando la vista,
jadearon sus pechos...

Gustavo Riccio


La luna de Buenos Aires

Hombre: ¡yo te conjuro! Date un baño de luna,
lárgate por las calles en las noches que alumbra...
Báñate en sol si quieres ser fuerte, bello y sano;
(no en sangre cual los Césares romanos);
mas si quieres ser músico, pintor, poeta o loco,
 húndete en luz de luna como en un río de oro...

Gustavo Riccio


"La vida aunque mala, puede mejorarse."

Gustavo Riccio



"No hay poeta verdadero que no ame a los niños y no juegue con ellos; todos los poetas, todos, sin excepción, han dejado alguna página de su obra consagrada a los niños."

Gustavo Riccio



"No necesitamos cerebros maravillosos; necesitamos corazones que lo sean de verdad."

Gustavo Riccio


"Para empezar a ser bueno es necesario sentir como si fueran de uno las penas de los otros."

Gustavo Riccio



Una sirvienta

Tiene los ojos claros y el alma ensombrecida
va y viene por la casa sin saber dónde va;
mira y no ve las cosas, la regañan, y ella
se repliega en el gesto más heroico: callar.
Llegó ha poco de España, vino en viaje de bodas,
y el mar le dio el arrullo de una marcha nupcial,
vino con el esposo por el oro de América,
¡y aquí encontró una escoba y un trapo de fregar…!

Gustavo Riccio









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