Como una cadena de montañas que nace en el
mar del sur
y se despeña hasta las aguas antárticas,
la cruz de los andes atraviesa la selva
y los valles
con el ruido de las nieves y las mareas del oeste.
Como una cadena de montañas,
de sur a norte, que
se eleva hasta la bóveda de la cruz
de las estrellas,
la cordillera sostiene el mar que se va sobre
la pampa
como una única ola.
La montaña de los andes se estrella en el cielo
cubierto de sales marinas.

Carlos Cociña Gallardo



De otra manera 31.1

El hacer y la práctica reanima el tracto de materia blanca y de la oscura, se llenan de humedales en los que anidan nuevos revuelos. Tareas de fluidez que se extienden al expandirse las arquitecturas fluviales que destilan información neta.

Carlos Cociña Gallardo



"El lenguaje no existe fuera de la sociedad, pero da cuenta de ella, aunque, a veces ésta oculta en el lenguaje lo que no quiere ver, sin embargo, el lenguaje es cuerpo social y existe en las personas que lo utilizan y transforman; y, por lo mismo, siempre dará cuenta de lo que se muestra y de lo que se oculta. Las respuestas están, lo difícil es hacer la pregunta."

Carlos Cociña Gallardo



Es lejos donde el río se hace río. En su constitución, el movimiento es secreto. A pesar de ello, el agua llega a este paraje. Las cosas y los momentos surgen de acuerdo a una lógica que pronto se diluye. Basta aplicar el mismo curso a cosas o momentos distintos para reproducir otras corrientes de afecto. Ahí los esquemas se expanden en direcciones imposibles, o sus vectores se ubican al unísono en distintos lugares. Momentos inimaginables cuyo único trazo es la descarga. Cosas de luminosidad incontenible, que sólo se dirige a sí misma. Pero casi siempre las aguas forman un curso, cuyo origen está en cualquier momento de las cosas.

Carlos Cociña Gallardo



Nadie tiene derecho a morir antes de tiempo; todo el cuerpo se revela ante el acto que cercena reacciones, desde el origen establecidas a nivel genético por la savia del fornicio y la revelación de milenios de órdenes transcritas en la más inverosímil coordinación de los detalles posibles de la existencia. El violentamiento de las expectativas, que a nivel de estructuras moleculares está descrito, atenta contra la más elemental humanidad genética, y la descripción de estos movimientos sólo es con las palabras que revelan el posible transcurso que llevarán los líquidos particulares de un cuerpo en el momento en que el reflejo de luz es absorbido en las alteraciones de conos y bastoncitos. Nadie tiene derecho a quebrantar la reelaboración de las células y las nuevas epidermis que van emergiendo desde el mismo tiempo en que se produjo la combinación genética, ni negar la posibilidad de la eyaculación en la mujer que conocerá mañana. Nadie tiene derecho a morir antes de tiempo, porque el espacio del cuerpo se proyecta hacia el próximo momento, y tiene el espacio su espacio en cada rostro y cuerpo conocidos y es un espacio ya dado y posible en el cuerpo de los hijos, del hermano, de la mujer y cada uno de los que van haciendo espacio a ese cuerpo que no puede violentarse hasta el momento en que sea preciso quebrantarse porque el aire es expulsado por el mismo cuerpo que se disuelve en sí mismo.

Carlos Cociña Gallardo



Se acerca el tren;
sus luces van sobre las lomas.
No son los carros del tren,
es un gran gallinero extendido sobre los árboles
del cerro.
Ese tren va a las tierras cardinales.
En sus ventanas iluminadas se refleja
el gran transatlántico,
entre los valles de maíz, encendido
entre los insectos que vibran en vuelo.

Carlos Cociña


Si la realidad es el mundo que nos rodea, sin realidad no hay conciencia. El cerebro existe pues es parte de ella. La conciencia puede existir sin que el mundo externo module su actividad. Cuando lucubramos, recordamos o soñamos no se requiere necesariamente una entrada sensorial. El mundo sólo se puede captar con el cerebro; captar es, en sí mismo, una función cerebral. El cerebro simula la realidad. Tiene que hacerlo porque el tamaño de la cabeza y del cuerpo es pequeño comparado con el tamaño de la realidad. Allí sólo caben descripciones. Si por conciencia se entiende construir una imagen, entonces la realidad es ésa. Tan cercana está la realidad de lo que vemos. Por eso cuando cae un árbol en la selva, y no hay quien lo oiga, no produce sonido. El sonido es una interpretación que hace el cerebro de las vibraciones del aire producidas por el árbol que se derrumba. Las vibraciones en el aire son el amor.

Carlos Cociña Gallardo












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