Dante, me he puesto vestidos de luto...

Dante, me he puesto vestidos de luto
y no dejo de llorar ante otros,
pues el velo que vi y la ropa oscura
me despojan de gozo y alegría;

y el corazón me arde en deseo ansioso
del mucho sufrir, aunque sigo vivo,
libre ya del miedo que todos tienen,
a cambio de dar al dolor cobijo.

Doliente voy, pasándome suspiros,
reforzando cuanto puedo mi queja
por aquella que sufre en mis deseos.

Si tú conoces un nuevo tormento,
mándalo al deseoso de martirios,
para que lo acoja con gran afecto.

Guittoncino di ser Francesco dei Sigibuldi, conocido como Cino da Pistoia



¡Ah! no me pregunten por qué suspiro...

¡Ah! no me pregunten por qué suspiro,
que tengo ha poco una palabra oída
que el alma en el cuerpo tiene desmayada
y ha trastornado todos mis deseos.

Paréceme sentir ya que la muerte lleva
al fin, ¡desdicha !, mi pesada vida:
fuera de esta tierra mi señora es ida
y me ha dejado penas y torturas.

Seco mi corazón, mis ojos desvalidos
quedaron de su luz, oscuros,
que no pueden mirar a otra mujer.

Mas creyendo un poco consolarlos,
ver les hago a menudo pórticos y muros
de la calle en la que se enamoraron.

Cino da Pistoia







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