De las fuerzas supremas a las fuerzas elementales

Día ventoso, nubes dóciles
perdiéndose hacia el oeste
por la zona de los hospitales
donde a último momento se las confunde
con la cama vacía de alguien
que se recuperó de una enfermedad
o de otro que usó la suya
hasta las últimas consecuencias.
Es un aire donde una chica
podría apoyar su vestido y hacerlo flotar,
sopla para nosotros, oh dios de las bombachas.
En la puerta de las lavanderías
se siente al pasar
el vapor tibio de las planchas
al contacto con la tela
y el efluvio te arrastra a pensar
en los méritos necesarios
para ganarse la ropa limpia,
una mujer, una cuerda donde secarla,
sobre todo un caudal suficiente
para mezclarlo con jabón.
Como ocurre con el cuerpo
el 70% es agua,
con el 30 real
he arruinado mi vida.

Francisco Bitar


Despertar en algún punto...

DESPERTAR EN ALGUN PUNTO del año
en que todas las cuerdas del cuerpo están tensadas
bajo la luz sin temperatura que viene de la calle

torcido en el colchón

confundido con una noche larga de viaje
en la que el frío se filtraba
por los agujeros del auto

o es un sueño oscuro
con la respiración por única imagen
o sueño que mis ojos son ventanas
cubiertas por bolsas de consorcio
que se hinchan con el viento

Al prender la luz
la habitación se corta detrás de la lámpara
y hace pensar en todo lo que falta
para recibir el cuadro completo:
del suspiro en el teléfono,
el viaje de una respiración por la línea
sin demoras por encima
de paradas de taxi, farmacias de turno;
los ladrillos cargados de sol durante la tarde,
el aura roja de la noche
depositada en el centro de los cuartos
Calle larga con luna y antenas
de televisión brillando en lo alto,
bajan los hilos plateados de las constelaciones

La mitad de una bolsa de carbón
es suficiente para pasar la noche

para que empiece a brotar la corriente
de agua negra que baña las piedras
en los pasillos dejados por los objetos.

Francisco Bitar


Mientras uno se acuesta, la puerta resiste

(Estoy al revés en la cama, con los pies en la almohada)

Mientras uno se acuesta, la puerta resiste
hace el trabajo del que está parado y aguantando

pasillos donde no se detienen las corrientes de aire
como un callejón sosteniendo un mensaje directo
hasta que al final del túnel una puerta se abre
y se ve una mujer sola recorriendo la casa
donde no se esperaba más que un interior de invierno
a lo sumo una lámpara

Si hubiera un perchero
colgarían de ahí los abrigos negros
junto a la puerta también oscura
como el resto de las cosas que se encendieron
y se quemaron con el día

Quedan las superficies más lisas de la casa

las más sensibles a la luz y al polvo.

Francisco Bitar



Un domingo

Un domingo de porrón
extinguiéndose de a poco
minuto a minuto en el cuerpo.

Las nubes están listas para el uso
Las nubes se pueden contar
Las nubes son ideas
que llegan desde las casas altas
y se pierden por el lado del río
para aparecer camino de la costa
en su orden original.

Cuando el día haya pasado
quedará la sensación
de haber cerrado de la misma forma
todas las noches del verano:
rodeando un incendio
para llegar a la casa.

No hay remate.

Francisco Bitar











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