"El amor es la única cosa que importa al fin de cuentas. Es la cara más luminosa de la aventura del espíritu humano sobre la tierra. El amor generó a Clarice Lispector. El amor generó a Chagall. El amor generó a Spinoza y Oscar Niemeyer. Se trate del amor a la verdad, del amor por el saber, o del amor que se da entre dos personas, quien no se dejó tocar por ese sentimiento se tornó un inútil, una versión disminuida y cretinizada del humano. Que vos hayas notado que el amor impregna todo el libro, abriendo en él puntos luminosos, volviéndolo poroso a ese éxtasis permanente del vivir, me parece mejor que cualquier elogio. En Monodrama sugiero que lo que amamos de verdad es lo que nos gustaría, absurdamente, salvar de la aniquilación que nos espera a todos, aquello que contrabandearíamos para después de la muerte, para después del lavado cerebral del paraíso, si pudiera ser verdadera la remotísima hipótesis de que algo de nosotros sobrevivirá a la caña pensante de Pascal."

Carlito Azevedo


El monograma turquí

Se vio

enredada en las
láminas de la persiana
una mariposa (su monograma
turquí
como un peso metafísico
impreso sobre las alas parecía
dudar entre el sol de afuera y la
tibieza adentro) vos
y
yo paramos para verla pero
en modo alguno solícitos (la cabeza
llena de réditos e inéditos)
antes deslumbrados (como
sólo entonces podríamos) por
aquella
pequeña revolución
casi no tener peso:
nada
más allá de diez segundos y
hace ya tanto tiempo que
jamás recordaríamos si no
hubieras reabierto
(y decime ahora: ¿para qué)
un antiguo wordsworth
y
¡mirá!
el monograma
turquí

Carlito Azevedo



Fábula (real) de los lagos de México

Mirá estos
lagos de montaña

se secarán

(como de la fruta el
ácido del carbón el éxodo del
color como fibrilas cristales vítreos
pizarrosidades como todo lo
que la vista ve)

pero de ellos

pero de la larva dispensando
branquias y
aletas

despertará adulta
ahora ya  la

salamandra

ex-larva
axolotl tigrinum

que ningún sol
ha de secar

Carlito Azevedo




"La poesía es una droga sin tratamiento. Y como todo adicto, cuando viene la crisis, se dilacera entre la necesidad de conseguir más droga o de dejarla. Mi crisis personal ocurrió cuando me di cuenta de que era obsceno cambiar el propio dolor por poesía. Cambiar los pesares, como decía Drummond, por contentarse con escribir. Pasé a creer inmoral escribir versos sobre millones de muertos en los campos de concentración, e inútil hablar sobre el cerezo en flor.
Pero al mismo tiempo los buscaba, a unos y a otros, en las más remotas antologías, y los aprendía de memoria. Creí que sólo iba a volver a escribir cuando pasara esa crisis, cuyos motivos personales no caben tratar aquí, pero me di cuenta de que no valía la pena esperar una situación cómoda para escribir, que ella nunca vendría, que la crisis era definitiva, como un entorno espiritual. Que yo estaría siempre disconforme con la poesía y que sólo me restaba, para ser honesto conmigo mismo, escribir las noticias de esa crisis, en un formato que tal vez ya no fuera más necesario llamar de poemas y sí de cualquier otra cosa, como notas de ruinas. Monodrama está, en cierto sentido, más compuesto de notas de ruinas que de poemas."

Carlito Azevedo


Laguna

Teniendo a espaldas
(como alas suspensas que la tarde
abre y cierra) el dorso cobrizo de la
montaña y los reflejos de cobre de la laguna,
la niña con el gato traduce, más que la perfección,
las vetas profundas, invisibles y subterráneas,
que nos unen a quien amamos, y cuando él le
estira sobre el pecho las patas oceladas,
ella, para no despertarlo, hasta su
mirada pone en puntas de pie.

Carlito Azevedo



Monograma

I

Está también
al lado de la cama
la foto de aquel
escritor que dijo
en la entrevista haber
tenido un hermano gemelo
y que cuando eran bebés
llegaron a ser
tan idénticos
que para diferenciarlos
sus padres ataban
cintas de colores en
sus muñecas
un día fueron
olvidados en el agua
del baño, de la bañera
uno de ellos se ahogó
y como las cintas
se habían desatado
en el agua enjabonada
nunca se supo cual
de los dos había muerto

“si él
o yo”

II

Yo pregunto si
tú quieres ir a
casa “Sí”
si estás pensando
en grandes espacios vacíos
“Sí” si todo
va a pasar
todo va
a ir bien

“Sí sí”
si realmente
te enamoraste
si pensaste en
morir “Sí”
si ellos cortaron
tus bonitos
cabellos.

Carlos Eduardo Barbosa de Azevedo más conocido como Carlito Azevedo
Traducción Antonio Maura


Sobre una fotonovela de Juan Nepomuceno

El auto averiado junto a la mata de espinos
después de derrapar, he aquí la circunstancia.
Pero
          -está claro-
                              había un amor haciendo
todo doler. Y, en el asiento de atrás, la nube de
coñac y marihuana de donde emergían,
iluminados, sepia, los rostros de K. y
de la joven india.
                           "Extraño que todo esto no
parezca una pesadilla", decía Aníbal, "con
tanta luna, la world music de los animales del
borde del camino."
                              Pero el poema iba creciendo,
como el óxido en las puntas espinosas de la
carrocería, junto a la mata de espinos,
después de derrapar.

Carlito Azevedo



Tres encuentros

Cuando niño
en una visita

al zoológico
me fascinó

el vacío
que vibraba

dentro de la jaula
(alguien

por la noche había
disparado sobre

la temible
pantera negra)

-Lo reencontré
más tarde

cuando the particulars
of poetry

-y ahora éste
que abriste aquí-

requirieron mi
total atención

Carlito Azevedo


Un inmigrante...

Un inmigrante
hace fotos trepado
al toldo de
un quiosco
la multitud grita
frente al Banco
aparece un malabar
aparece un pastor
imágenes de la pura
desconexión
aparecen las montañas
lilas del Cáucaso
pero en la foto buscada sólo
aparece la imagen
de la niña
con su conejo
de peluche
su pliegue
color óxido
contra la luminosidad

Carlito Azevedo








No hay comentarios: