El tiempo nos secuestra y el cielo está solo

El tiempo nos secuestra, y el cielo
también es solo de estas golondrinas que el vuelo se
entrelaza, peligrosamente,
como quien busca en la mente

algún nombre perdido ... y encontrarlo
ni siquiera cuenta, ya que es de noche.
¡Oh si! envejece, y
la vida que ya era se vuelve más real , rosada por un gusano ...

un gusano que lo limpia. Y llega la noche.
Y los pensamientos se entrelazan y se traga.
Y ya no somos nosotros; Somos los
cielos profundos de la existencia, ay como todo
y muy profundo, oscuro, en su índigo.

Carlo Betocchi


¿No estás contento...?

¿No estás contento con tu posesión
de los días? ¿Te da miedo perderla?
¿Crees estar de más de lo que siempre
cambia y es destruido? ¿No te basta
ese poco de sol que aún embiste
tu cuerpo que envejece? Pues observa,
esta mañana han levantado el techo
de la casa del frente. Al descubierto
han quedado las vigas, ya podridas.
Las cambian. Y entretanto, otra vez llueve.
Las recubren de nuevo con las tejas
viejas. Y la pizarra queda en lo alto
del techo, amontonada. Y el sol vuelve
de pronto, brilla en las tejas desnudas,
y tú, en tu corazón, sientes un raro
brío que te conmueve --y avergüénzate--
de amor a ti, mientras allá en el cielo
un lejanísimo tambor, azul,
redobla por tu libertad, que es un grito que vuela.

Carlo Betocchi



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