Aceptación

He heredado el bastón
de mi madre.
Su vida fue más dura que la mía,
y aun así lo necesitó
mucho más tarde que yo.

Ahora que me sostengo a mí misma con él,
aprieto una vez más la empuñadura
a la que en mi terquedad
tan a menudo me resistí
y oigo la suave voz de mi madre:

“Siempre supe
que nunca te cuidarías.
Hasta tal extremo eres mi hija.
¡Vamos! ¡Camina erguida!”

Erich Hackl


"Aurora se dirigió a la criada. A partir de octubre Hildegart va a ir al colegio.
Al día siguiente Aurora Rodríguez se arrepintió de su promesa. Pero no podía dar marcha atrás si no quería ser un mal ejemplo para Hildegart. Empezó a buscar a regañadientes una escuela apropiada. Necesitó mucho tiempo hasta encontrar algo que medio cumpliese sus expectativas. Las pocas escuelas públicas que había parecían más orfanatos que centros de enseñanza: tenían demasiados alumnos, el estado de sus instalaciones sanitarias era más que alarmante y sus directores se negaban en redondo a aceptar a niños menores de seis años. Los institutos católicos sí estaban dispuestos a escolarizar a una niña de cuatro años, pero encontraban inaceptable que la hija de Aurora, concebida de forma ilegítima, hubiese permanecido en pecado mortal. Además, para ellos el principio pedagógico primordial era la sumisión a Dios, y Aurora supuso que el interés de Hildegart por los procesos biológicos de la vida no serían compatibles con la representación retorcida de la sexualidad de aquellos oscurantistas religiosos. Y como tampoco sentía la menor simpatía por la Iglesia y consideraba nociva la práctica de ceremonias religiosas, Aurora tuvo que descartar aquella opción. Al final, se le ocurrió crear una escuela junto con otros padres, pero no se atrevió a anunciar públicamente sus intenciones por miedo a que el padre biológico de Hildegart encontrase la pista de ambas, si era cierto que se había refugiado de la justicia en Madrid. Tardó en llegar a la conclusión de que de haberlo deseado de todas formas las habría encontrado con poco esfuerzo.
El maestro de Hildegart y algunas personalidades conocidas por sus ideas liberales a las que recurrió Aurora la ayudaron a encontrar a padres interesados en su proyecto. Las palabras con las que Aurora esbozó durante la primera tarde sus intenciones y los objetivos prioritarios del centro que deseaba crear encontraron un eco unánimemente positivo entre los numerosos padres que habían acudido a la cita. Pero cuanto más se concretaba el proyecto, cuando Aurora se disponía a alquilar un edificio y estaba buscando a los profesores adecuados, el interés se fue desvaneciendo. Titubeaban a la hora de comprometerse definitivamente, presentaban objeciones, poco sólidas en cuanto se las examinaba de cerca, y finalmente acababan afirmando que de todas formas la oferta existente no estaba tan mal.
A Aurora no le quedó más remedio que ponerse de nuevo a buscar un buen colegio. Lo encontró por fin en las cercanías de la universidad, al noroeste de la ciudad. El objetivo del instituto, respondió el director a Aurora, era preparar a los niños para puestos de responsabilidad.
Nuestro colegio presta particular atención a las asignaturas que no suelen estudiarse lo suficiente, es decir, las ciencias naturales. También se enseñan idiomas, en particular el francés, y latín, tan útil para el aprendizaje de las matemáticas gracias a sus estrictas reglas. No se trata del mero rumiar de las disciplinas, sino de asimilarlas mediante el trabajo individual. La única concesión a las estructuras escolares tradicionales es la separación por sexos."

Erich Hackl
Los motivos de Aurora


"El uso de la palabra, “concentrar,” es por sí revelador. Nadie, que no piensa en ese contexto en los campos de concentración… Aparte de que es humanamente inaceptable, sería una tontería política e incluso administrativa. Política, porque precisamente la dispersión de los refugiados entre la gente, en las ciudades y en el campo, y su contacto con la población civil abren la posibilidad para su integración en la sociedad austriaca. Y segundo, esa propuesta ni se podría realizar ya que el estado se ha mostrado, en los últimos años, incapaz para crear la infraestructura para esa integración. Han sido y siguen siendo las personas particulares, privadas, sobre todo mujeres, jubiladas, pero también jóvenes los que dan clases de alemán a los refugiados, los acogen en sus casas, comparten pisos con ellos, etc. Sin su compromiso, las instituciones estatales hubieran sido incapaces de garantizar el sustento de los que venían en busca de ayuda."

Erich Hackl



"No es tanto el tema de los campos de concentración como el de quienes lucharon contra el nazismo o el fascismo, o incluso el tema de la Guerra Civil española. Es lo que me interesa: esas luchas sociales, ese compromiso político. Si uno se interesa por algo con cierta pasión, automáticamente empieza a conocer historias que nadie ha contado antes; historias que uno siente que debe contar."

Erich Hackl



Un entierro así...

Un entierro así
llegó a ser más divertido que una boda.
Sólo que durante la comida
no había música para bailar.
El muerto no racaneaba:
había sopa de albóndiga de hígado,
carne de vaca cocida con rábano picante
y de postre una tarta contundente.

Cerveza y aguardiente a voluntad.
Licos de huevos para las viejas.
Té con ron para los acatarrados.
café con leche para los niños.
Vino caliente para el señor cura.

El viejo Schinböck había dispuesto
que la banda de música de San Leonardo
tocase en su entierro
con una buena melopea.
Su último deseo se cumplió,
y resonó lastimosamente en los oídos.
Al aprendiz del zapatero de Rebuledt,
que tocaba el tambor grande,
se le escapó la baqueta durante el desfile,
salió volando en círculos
y se ahogó en la charca de apagar incendios.

El viejo Schinböck no había caído
en que los que llevaban el féretro
también formaban parte de la banda.

Erich Hackl



"Yo no invento, investigo. Trabajo como un policía o un detective."

Erich Hackl



"Yo no presto mi voz a mis personajes, ellos me la prestan a mí. Claramente. Me prestan su voz y su confianza."

Erich Hackl













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