En la luz del amanecer
aquellas palabras llegan—
las que no podemos deletrear, las palabras
que trae el viento
por miles de años— los pájaros avanzan
laboriosamente justo antes de que el aire
sea derrotado.
Palabras a través del aire, a través de la luz,
a través de nosotros
Un arado, a través del tiempo, a través de
la luz, a través de
nosotros
Y aquí estamos de pie.
en lo que llamamos la Tierra,
mirando.

Bengt Berg


Exilio

En la ciudad extranjera
con un lenguaje incomprensible
estás caminando por calles desconocidas;
ni siquiera conoces el nombre del agua del río
que fluye bajo el arco de piedra del puente
 —y ahí estás, de pie.
totalmente solo, en tu propia sombra
que se derrama lentamente sobre el asfalto
como la melodía distante
de una flauta desafinada.
Pero de repente
un pajarito nota tu presencia,
encuentra tu mirada
con sus ojos color pimienta,
antes de desaparecer en el alba.

Bengt Berg



Lluvia

la lluvia cae sobre nosotros
como la paz o la guerra o más—
llueve y sigue lloviendo,
como en todas partes—
y todavía
llueve.

Bengt Berg


Lo que nos enseña el camino

Entre tres pueblos transcurre la mañana-
el paseo: pasa delante de una mina de arena,
a lo largo un pequeño riachuelo y sube
una cuesta. Donde
se sienta una liebre, sumida
en su propia sombra. Entonces
me ve, se recobra, toma un par de saltos
a través de la carretera.
Y vuelta a la colina,
paso dos amapolas,
se agitan levemente los tallos, llego a la cima
y miro más de 75 hectáreas
de agricultura francesa subvencionada.
Como un granero en una película soviética, aún más grande,
Europa está a la espera de otra cosecha
y más allá: el otoño.

Bengt Berg



Luz

La luz es una cosa pesada —ponla en una tumba—
ponla en tu hombro —

Bengt Berg


Ojo por ojo

Es mañana invernal
con agradable
paisaje a lo lejos.
Pasan cosas todo el tiempo
sobre todo con las horas
que deben alcanzar, y alcanzan,
el tiempo,
vez por vez
se lleva cada minuto
y se va arrastrando
como serpiente dorada entre la nieve
consiente
de que no tiene impedimentos
Mientras la luna todo el tiempo
milagrosamente
da vueltas
como un punto añadido al orden del día
democracia – dependiendo del tiempo,
la manada de lobos al otro lado de la frontera
nos recuerda – a pesar de helicópteros
y cámaras de televisión – una vieja guerra
de la época cuando la muerte
aún era cierta


Bengt Berg




¿Por qué se quiere un idioma?

¿Por qué se quiere un idioma
del cual sólo entiende de los lagos?
O el atardecer a finales de agosto
cuando el aire todavía es demasiado claro,
todo demasiado sensato
y se viaja a lo largo de un anhelo
dentro de un vehículo llamado coche
y lo que habla no es una boca sino un abedul,
un idioma hacia afuera del verano

Bengt Berg


Un día de abril
en verdad toda la nieve habrá desaparecido,
pero no esa
que cayó el año pasado
y que de nuevo caerá año tras año en las rojas,

cálidas lenguas de los niños.



Bengt Berg







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