La casa vieja

La grulla se iba con un lento giro tras los avellanos.
Era septiembre. La casa estaba casi terminada
y quedaría así para siempre,
los fierros curvados en la terraza,
el revoque grueso a los costados de la escalera.

La trepadora aclara la pared,
recubre el muro, el cerco del huerto.
El tío era un muchacho cuando murió.
Después otros veranos calcinaron las vértebras,
inviernos helaron los nervios del gran cuerpo contorsionado
de galerías, establos, cobertizos.

Los autos de la estatal
proyectan con centelleos sobre la cama
el negativo de las persianas
antes de que me adormezca.

Empiezo siempre desde aquí, la mirada fija
en la oscuridad: reconstruyo la casa vieja.
Y me hundo
con las caras y las manos que se piensan.
justo en el momento de reunir
a todos en la cocina, con las voces que hieren
para proteger, mienten para salvar.

Gian Mario Villalta



"La poesía, especialmente la italiana, está bien. Sin embargo, es fuertemente hipocondríaca, quizás por todos aquellos que fingen interesarse por ella (¿sin estudios? ¿Por malicia?) Y requieren continuas visitas e infinitas muestras para innumerables exámenes, radiografías y tomografías inagotables.
¿Quién nunca ha tenido la sensación de que alguien se siente obligado a hacer preguntas sobre su salud sin preocuparse realmente? O, por suerte, más raramente, ¿casi esperas que le respondan acusando alguna dolencia? Bueno, durante mucho tiempo me parece que esta es la situación."

Gian Mario Villalta


"Lo que me gustaría hacer, no sé si puedo pero lo intento, es dejar que las cosas entren en mí hasta el punto en que simplemente les diga cómo están."

Gian Mario Villalta



"Muy temprano en la poesía me encontré con este punto de ceguera donde termina el saber hacer y debe comenzar la forma de ser y donde la forma de ser nutre el saber hacer. Un punto de ceguera donde confluyen muchas formas de conocimiento, muchas formas de sentir y muchos momentos de experiencia."

Gian Mario Villalta




























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