Lorca, camino del alba

En el camino de Víznar a Alfacar
se levanta la Fuente de las Lágrimas
o Fuente Grande, como se llamaba en tiempos de los árabes…
No está muy lejos de Granada
pero cerca de las aguas del Leteo. Fue a este lugar
adonde el pelotón de fusilamiento, al alba, trajo a los prisioneros.
Federico, para su desgracia, sobrevivió a la primera descarga.
También aquí se oyó gritar en español Der springt noch auf
y unos cuantos cartuchos más se vaciaron sobre su cuerpo.
¿Una fosa común? No, pero sí compartida
con el maestro de la pata de palo y el torero
a quien nunca se vio en la iglesia y que más de una vez
ofendía a los curas de palabra.
Noches cegadoras, noches escurridas de sangre.
Cuando el sol de verano se elevó sobre Víznar
el cantor de romances había desaparecido de la tierra.

George Gömöri


Té con alemanes en 193

— Hoy fui el invitado de Thomas Mann.
Tomamos el té juntos. Él no ha cambiado en nada,
todavía es afable, vigoroso, y no tan estricto
como mis compañeros escritores, Móricz y Babits.
Tomamos el té con la familia. Su hijo,
Klaus — comenta entre risas —
sólo viene a casa para pedir dinero. Elogiaron
mi alemán, aunque sabes
cuán tarde comencé a aprender la lengua.
De aquí fui a Inglaterra y de allí de vuelta a Doorn,
donde visité a Guillermo, el viejo káiser.
También fui bienvenido, y me ofrecieron una taza de té.
Cuando el emperador me preguntó qué hacía,
en voz baja respondí: "Soy poeta."
Esto hizo que se volviera hacia su edecán:
"¿Lo oyes? ¡Un poeta!", y rio con efusividad.
Supongo que era la primera vez que veía
a un poeta vivo; y lo cierto es que era la primera vez
que yo veía a un káiser sin su sombrero de hierro.

George Gömöri





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