Paisaje que se transforma en lenguaje

Mi abuelo fue el primero
en construir su casa en esta ciénaga:
el croar de las ranas mensuraba la tarde.
Esta fue la tierra salvaje
que mi abuelo cercó,
que mi abuela convirtió en jardín.
Cuanto sobraba en la cocina
se convertía en compost,
excepto los limones y las naranjas:
el suelo ya era demasiado ácido
como para que crecieran las rosas.

Ya no se escuchan los sonidos de entonces
y el paisaje se transforma en lenguaje.
Un canal de cemento conduce el río.
Sólo el instituto se llama ya Groenvlei.

Muy poca gente recuerda que las palabras de la noche
eran de las ranas y del silencio.

Gabeba Baderoon
Traducción de Martín López-Vega



 Punto de vista

En la cocina, ella busca el rallador de nuez moscada
y de pronto recuerda que está en otro aparador,
en otra casa.
En la oficina de correos escribe la dirección
que ha dejado atrás.
Rompe el formulario en pedacitos
y comienza de nuevo.
Su correo la persigue
como una mano muy alargada.
En el cielo de camino a casa
un halcón cuelga inmóvil,
vuela quieto,
fijando el cielo.

Gabeba Baderoon
Traducción de Martín López-Vega
















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