"A nadie más que a mí, se puede referir lo de engaño e invención (cuyo doble sentido no desconozco), con que se califica ese hallazgo por el articulista, a quien debo hacer entender que, cuando se trata de desmentir públicamente, y en los periódicos, a otro que por lo menos merece tanta consideración y crédito como el que lo niega, lo primero que debe hacerse es dejar a un lado la careta o pseudónimo con que se encubre y arrostrar con su nombre las consecuencias de sus afirmaciones y después alegar razones, que den fuerza a lo que diga, que es muy cómodo y sencillo desmentir, o poner en ridículo, al vecino, acogiéndose a la muletilla de declararse incompetente, lo cual no es obligado para meter la cucharada, como
vulgarmente se dice, en lo que no entiende."

Marcelino Sanz de Sautuola


"(. ..) de las cuales [se refiere a las manifestaciones artísticas] la cueva de Santillana ofrece, en el techo de la primera galería y en las paredes de las cuatro o cinco restantes, los testimonios en mi concepto más auténticos y antiguos que se conocen. En efecto: los dibujos toscos, y las pinturas hechas con ocre que allí se observan, y que he examinado más de una y diez veces, ofrecen los mismos caracteres que los encontrados en pedazos de marfil y asta de ciervo en varias grutas de Francia, pues unos y otros representan animales contemporáneos de aquel tiempo, siendo idéntica la ejecución de perfil por medio de trazos, y mejor rayas finas, abiertas con instrumento de punta aguda."

Marcelino Sanz de Sautuola



"Examinadas detenidamente estas pinturas, desde luego se conoce que su autor estaba muy práctico en hacerlas, pues se observa que debió ser su mano firme y que no andaba titubeando, sino por el contrario, cada rasgo se hacía de un golpe con toda la limpieza posible, dado un plano tan desigual como el de la bóveda, y fueran los que se quisiera los útiles de que se valiera para ello; no siendo menos dignas de tomarse en cuenta las infinitas posturas que el autor hubo de tomar, pues en algunas partes apenas podía ponerse de rodillas, y a otras no alcanzaba ni estirando el brazo; aumentándose la extrañeza al considerar que todo hubo que hacerlo con luz artificial, pues no es posible suponer que llegase hasta allí la luz del día, ya que, aún concediendo (lo que no parece probable) que la entrada fuera muy grande, apenas podía quedar iluminado el último tercio de esta galería, que es donde se hallan las pinturas y que se dirige hacia la izquierda, por lo cual, en todo caso, recibiría por reflexión una luz muy débil. Merece también notarse que una gran parte de las figuras están colocadas de manera que las protuberancias convexas de la bóveda están aprovechadas de modo que no perjudiquen el conjunto de aquellas, todo lo que demuestra que su autor no carecía de instinto artístico."

Marcelino Sanz de Sautuola
Apuntes, pp. 16-17


"Las de la galería primera no las descubrí hasta el año pasado de 1879, porque realmente la primera vez no examiné con tanto detenimiento su bóveda, y porque para reconocerlas hay que buscar los puntos de vista, sobre todo si hay poca luz, habiendo ocurrido que personas que sabían que existían, no las han distinguido por colocarse a plomo de ellas."

Marcelino Sanz de Sautuola


-¡Mira Papá, bueyes!
-No hija, no son bueyes, son bisontes

Marcelino Sanz de Sautuola y Pedrueca





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