Adelomelon brasiliana

cazadores de patos la saludan
pescadores que la abrazan a su
paso damas antiguas trepan
pinos piñoneros cuna
de la riña de gorriones

con la mirada detrás del antifaz sus
lentes mascarilla de soldar sin la
pena ni gloria ya refresca
ya está para pañuelo o capelina
está a punto de cantar
ya canta
llora
se arremanga el batón por si los cardos
por si caso se trepan las arañas
y arranca
una flor cualquiera para el pelo

Joaquín Valenzuela



el monte retráctil de llovizna
en este espejo esférico entintado
los pigmentos se aguaron
como por canaletas torrenciales

sigo líneas de conducta y uso
botas de goma para borrar el rayo
mientras el temporal sobrevuela
la mano que no escribe

Joaquín Valenzuela




era puro humo la tormenta
smog de smoke no smoking de las fábricas
puertos orilleros puestos en patas
nenes sin aliento que se les suben en
negro entre sus perros potrillos a las cañas
el ombú de aglomerado que se abre y en su
fibra se desgrana la
chapa cae la lente cae del cielo y sube al
sauce con una tos grave sin ojotas
un pelo crece por las casas
una pasta se pega a los colchones se
hunde el pie entre pollos la gallina hace
su calle sale un chasis salen
bolsas batatas cordilleras de
cables de piñas de pañales

Joaquín Valenzuela






puede haber cualquier trapo entre las cortaderas
un mechón de lana
una sospecha enganchada al
alambrado en tu vereda.
una prueba
de abandono

puede haber otra vida entre la yuca
otra ciudad
más atlántica y perdida

Joaquín Valenzuela


un centro en lo negro del pozo
acá anida
un hueco sin galaxia

la luz en rampa se agota
entre las hojas
pica un plano
y otro
pero nada
camina en el reflejo

sólo ciertos insectos del invierno
tornasoles a velocidad crucero
en el vapor del sol

Joaquín Valenzuela


viejas que lavan con jabón blanco en pan
entre las ramas en los patios
debajo de las parras
en tanques de cemento o piedra
en las bombas de agua o en
lavaderos de chapa
de los bañitos del fondo

con palanganas de aluminio
con un balde al lado
verde

en todos lados remojando camisones
enaguas de cintura algún conjunto claro
las cortinas de los comedores

de a poco y sin fuerza
prendas finas

con las manos en el agua
recién levantadas

viejas muertas con aretes de colgar
como cúpulas de iglesia o
como pasas de uvas

remojando una sábana en
leche de jabón donde por ahí
se cae un palito de una planta
o una mosca chica que se mantiene
haciendo pie en la nata de los bordes

Joaquín Valenzuela








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