Al alba

Este silencio, esta hora remanente
donde la noche se retira
antes de que se forme el día
me son dados por esta invasión
de una alegría incomprensible.
Y esas tinieblas mezcladas
con el horizonte donde la claridad no existe todavía
esta boca que se abre,
donde el negro ya no es esta masa sin forma,
tinta o carbón u hollín, no es más
que ausencia. Alabado sea el mundo
también por esta nada.

Robert Melançon



Amante

Como el agua de un pantano (horas,
semanas, meses, años,
intervalos, momentos) el tiempo
podría acudir (infecto, verde)
sin forma, sin nombre. Pensé
desierto, piedra, silencio.
Tú viniste a mí como revela abril
al mundo que era más que probable
su variedad, el murmullo
de la luz en las hojas. El tiempo
me lleva hacia el jardín de tu presencia.

Robert Melançon


El comienzo del verano

La aurora rosa y melocotón 
al borde de los techos se dispersa
en el azul. El día sube
encima de los jardines donde no hay nadie
a esta hora que limpia todo,
en el comienzo perfecto
de todas las cosas. Escuchas
el rumor de la ciudad, el concierto
de los pájaros que no ves
en la amplitud sin límite de las hojas.
Se esboza el barrio, calles y casas
de madera, ladrillo y piedra,
sus ventanas multiplican el sol.
Recorres con los ojos el espacio
que se abre, abanico inmenso.
Junio está aquí: una lira de hierba.

Robert Melançon


Elegía

Los crisantemos permanecen
sobre el blanco geométrico 
del muro, despliegan
su gracia bermeja anaranjada
mora y amarilla hacia
la pesada colgadura, el terciopelo
prusia que cerca el invierno,
la noche. La luz
me encierra en sus mallas
(nociones exactas, contornos
que el ojo acota, penetrando
cada cosa) y este silencio lo
respiro como la asombrosa
frescura que deja
la lluvia. Habito
una precaria paz (la arista
del instante, fracción
del paraíso que no tiene lugar
más allá de este punto en seguida
perdido, anudado, desanudado)
que llevará con su agua
lenta, formidable
(¿de qué horizonte
que sometido al azul
no deja de imponer
su fuerza sosegada 
que no conoce más ley
que su declive?) río,
magnífico el tiempo.

Robert Melançon


Lugar

Camino hacia la luz, esta ausencia
el umbral del día en donde el negro
se deshace, donde la claridad
no existe todavía. Solamente este frío.
No es exilio esta nada sino el único lugar
en donde ser. Esta nada sin memoria.
Sin la hierba, sin la vía láctea,
sin los nubarrones, sin la vibración
del azul en las hojas.

Robert Melançon


Pintor

Estaciones, soles sucesivos.
Te entregarás a este ritmo
contrariado de las nubes, del azul,
a su impulso. Marzo mezcla junio con noviembre,
soles y lloviznas. Serás 
tránsito (olmos y álamos,
calles y jardines, ladrillos y concreto,
tu estancia acabará),
te volverás la noche
a los ojos de Argos que nada
mira: dispersión centelleante.

Robert Melançon



Pintura ciega

Como terreno elijo el blanco,
la superficie dispuesta debajo de la lámpara.
El prado, el río, la avenida pueden
sostenerse si mi mano alza
la hierba, la luz, las piedras.
Sólo reina el azar, la noche
ha barnizado las ventanas, ha abolido
la confusión del mundo.
Yo pertenezco a lo posible.

Robert Melançon











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