“Alguien piensa en mí
Cada vez que despierto
Como un mamífero huraño.”

Humberto Quino Márquez



DE CÓMO UN DINOSAURIO CAMBIA DE NOMBRE Y ESTADO Y SE REENCARNA EN UN MONJE BUDISTA O NOTICIA DE UN ENCIERRO 

Las constelaciones son capillas ardientes / Las ciudades vacías meteoritos de silencio / Y nosotros 

una sinfonía de bocas entreabiertas. 

Y tu desastrado cuerpo brota de una camisa de fuerza / y tu voz es oscura en estas calles desiertas. 

Son demasiados muertos en esta ubre del desamparo.

Gracias por los santos días de alegría ¡llenos!

Lloremos por la vida derramada / Por los libros no leídos/ Por el alcohol derramado en las madrugadas / Por la mujer que nos amó y no supimos amar.

¡Qué fuego nos quemará!

¡Qué peste nos purificará!

¡Qué viento nos arrojará a la fosa común!

Humberto Quino Márquez





Dos epitafios:

A) Leí en un cementerio catalán: Aquí descansa Humberto Quino, nunca hizo en su vida otra cosa.

B) ¡Aguarden muchachos, lo peor está por venir, mientras yo me diluyo con alegría!

Humberto Quino Márquez



“Escribo, fornico, luego existo.”

Humberto Quino Márquez



Poema para ser cantado por un papanatas

No alcanzaré el frágil reposo.
Ni la sombra rosa crecerá en mi sexo.
La cabellera de una lápida
El son de mi muerte toca.
Y
El sonreír es agrio
En medio de las cenizas.
Sin embargo
Llegamos al sitio
Donde la intemperie cubre mi cráneo
La fosa común donde sobrevive el muerto.

Humberto Quino Márquez



"Nuestra autosuficiencia nos impide identificarnos con animales tan nobles como son los gatos y los perros. Y brota el escándalo en las nobles almas cuando sienten que la domesticación nos hermana a los gatos y los perros. Lastrados y confusos, la normalidad burguesa nos corroe.
Siempre me han fascinado los filósofos de la secta del perro (precursores de los estoicos y los epicúreos), esos griegos mordaces, irónicos y cínicos, que denunciaban la falta de libertad auténtica y reivindicaban la autonomía del individuo frente a la moral y la sociedad establecida. 
En mi funambulesca juventud, Diógenes de Sinope era mi dios. En homenaje a él, creamos el sello editorial PERRO CELESTIAL."

Humberto Quino Márquez


Parábola de la soledad 

Alguien está solo en su lecho
Y corre a su muerte
Desnudo como Dios
Al encuentro de sí mismo.

Humberto Quino Márquez



Rapsodia para aves nocturnas

Puerta de Ave-soul
Abre tu ser y despierta
Llévame al otro lado de estos muros
Donde uno nace y acaba
Donde uno está colgado del hilo de la razón
Entre máscaras y coronas
Ebrio y desamparado / Cual papel escrito y arrugado
Puerta de Ave-soul
Vida para morir
Qué voy a hacer con este animal cansado
Que se niega a la sumisión
Que se niega a estar solo
Que anda / bebe olvida
Desnudo como está
Muerto como está
Tan semejante a ti y a mí

Humberto Quino Márquez



"Todo poema tiene fugas: distorsiones, resonancias, cenizas de un fuego inmemorial, un flujo esquizoide, un querer atrapar un “cuerpo sin órganos” (F. Guattari), sin dejar de estar encerrado en una atmósfera, que marca su pluralidad y su contingencia.
Todo poema implica una traición, desde el momento en que no se subordina a una totalidad: la afirmación de una parte niega la forma del sujeto como una totalidad y la relación consigo mismo se hace desgarradora, conflictiva, suicida a veces.  Todo poema, cercenado en su raíz, pretende restaurar esa unidad primordial."

Humberto Quino Márquez



Un santo de tu devoción

Aún espero la noche
Con una marca de sangre en la frente
Y cuando la hora mas ardiente llegue hasta mi nuca
Y aún cuando yo muerto entre las ratas
Alabo tu hermosura / Reina de espadas
Para que me ilumine tu belleza
En este juego de amar y morir
En la nada.

Humberto Quino Márquez


















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