Buscando una forma de vivir

Salgo. Regreso. Duermo. Me levanto.
Cago. Me cepillo los dientes. Me lavo la cara. Hoy, justo lo mismo. Salgo
como siempre, la persona más extraña en la quinta república.
Camino. Leo todo
en la calle. A salvo antes que nada.
Nuestra capital. Nuestra tecnología. Nuestro metro. El cuarto piso
de la construcción por Hanshin Co. El sitio de construcción del cuartel
           [del Grupo Kugje.
La New York Bakery en Pusan.
Planta baja: café de día, taberna de noche. 1er. Piso: agente
de la Samsung Electronics. 2do. Piso: Academia de francés y japonés. 3er.
Piso: Clínica dermatológica Jinwoo Lee. 4to. Piso: La Iglesia Sunmin
[Jungang,
Iglesia Presbiteriana de Korea. 5to. Piso: Club
de aeróbics y salud. Azotea: Una torre de publicidad con imágenes
de drogas milagrosas para el embarazo, hemorroides y enfermedades venéreas pegadas
    en postes de luz.
No hay abertura. Pero si penetras
la ahuecada valla publicitaria
y te fijas si hay extraños y llamas a la policía
por si fueran sospechosos... Sentada en el paso a desnivel todo el día
mostrando peines, cortaúñas, cinturones, removedores de cerilla, pañuelos,
                  y monederos
la vida de una anciana por 2,000 o 3,000 wons el día
He cruzado
cargando 20,000 wons en mercancía
ella es perseguida por la policía ¡ah!, ¡esta vida! ah, ¡este paso a desnivel!
ah ah ah ah se le pandea la columna vertebral a la vida
ah ah ah ah ah a esta vida le tiemblan las piernas
no se mira sobre la calle el futuro
al futuro se le mira claramente
ignorándolo todo   balbuceando
parloteando, suspirando, respirando trabajosamente, jadeando
Las calles supuran deseo sexual   como un hervor antes que reviente   poderoso
      músculo
una grúa   carga una viga de acero 100 metros cielo adentro
ah ah ah ah ah ah ah miro la audacia, la diligencia y la locura
la sinceridad y la ceguera   miro y miro
a un martillo neumático ferozmente abrir hoyos en el asfalto
en las piedras, en las rocas
       una excavadora implacablemente desentierra capas de sedimento pero
el hecho de que la excavadora inesperadamente esté levantando pura, blanca, fina tierra
       que está 20 metros por debajo
       no es una pasión o un credo   sino compasión
       como una persona que la conoce, yo
debo de dejar de ver el mundo con los ojos de la compasión,
como una persona que la conoce, yo   pero
ah ah ah ah ah ah ah, qué lástima! un joven
que irrumpió en el banco con una bomba casera y se voló a sí mismo (Sept. 2,
       Jungang Ilbo)
la desnuda hostess del bar fue estrangulada por su amante secreto (Junio 15,
      Hankook Ilbo)
un guardia nocturno que a medianoche se convierte en un ladrón de casas (Dic. 12, Diario de Kyunghyan)
un hijo le dio una paliza a su padre hasta matarlo (Abril 11, Diario de Seúl)
un policía atracó un antro de juegos y se robó las apuestas (Julio 26, mbc
[radio)
un profesor acosó a una colegiala (Nov. 30, Chosun Ilbo)
altos sacerdotes blandieron espadas y garrotes en el Templo Shinheung
[(Agosto 3, kbs radio II)
un grupo de adolescentes murieron calcinados en una discoteca (Abril 14,
[Noticiero de Yonhab)
un exdiputado jefe de la cia coreana estafó 1 billón de wons (Marzo 6,
        [Donga Ilbo)
ah el tiempo fluye bien
los días ciegos fluyen bien
los días en que ni siquiera levanto un dedo fluyen bien
los días en que nada pasa —sin accidentes, eventos, romances,
       sucesos, autosucesos, e infortunios   aun esos días
fluyen bien

Hwang Ji-Woo



Maldita nostalgia

Para leer tu carta, me acerco a la ventana que es una rendija
por donde entra un momento la buena suerte del mundo
mientras ilumina a solas una cosa parecida al papel fotosensible del alma.
Van flotando en el aire el ordenador, el paquete de tabaco, las gafas
y el álbum doblado, mientras va bajando del techo la carta recién leída.
Una vez que se han ido las ideas, llega un amor tierno como locura.
¿Cómo iba a saber que ibas a llegar cojeando por el puente
donde había esperado a escondidas  cierto destino quisquilloso?
Parecías decidida a no pertenecer a esta vida, porque venìas retrocediendo
poco a poco hacia mí, por el confin de todas las calles  y las carreteras.
Sin embargo, yo no pude aceptar ninguna vida
sin latido del corazón y me senté junto al Mar de Muchas Islas
que se alejaba de mi baranda todos los días.La barca dejaba
la voz de laringe caliente.La verdad es que te había dejado marchar
para amarte durante un tiempo más largo.Yo que había vivido
la época de mucha pasión, podía aguantar el aburrimiento.
Se veía la luz de neón del hotel en frente
algo que se enredaba en la sombra de tu entrecejo:
¿eso era el remordimiento de la lámpara de mercurio? Safo diría
"Un Eros dulce y sufrido". Hay fiebre también a esta edad.
Es igual que una influenza autocontagiada. Temblé mucho
por si me venía otra vez ese amor con la garganta inflamada.
Sin embargo, ya era algo irremediable lo que había ocurrido de esta manera
como si aquella inundación pasara del límite del castillo montañés,
cubriéndolo y expandiéndose más. Me parecía que tú no temías la vida caída
detrás del camión, ni la repetición sempiterna de la historia del amor
entre la mitología y la canción pop, mientras mirabas sin miedo
el mundo que pasaba por el espejo del camión. Tú habrías pasado
el puente de piedra de Bekio que crujía en el fondo del agua crepuscular,
ya lo sabía yo,aunque me olvidé limpio del pecado y de todas aquellas grandes causas,
enfrente de la gran música de la piedra, enfrente de la Catedral.
Yo vigilaba toda la noche el reloj de tu vida por venir.
Yo estaba balanceándome a la madrugada, sentado en el columpio
en la plaza del pueblo donde ya no estabas. Es verdad.
La nostalgia era una enfermedad vocacional mía. Esta es la segunda vez
que leo tu carta que dice : "Parece que me he quedado sola en el mundo".

Hwang Ji-Woo
Publicado en el libro No brilla la luz verdadera (Editorial Bajo la luna).
Traducido del coreano por Yong-Tae Min




Una cabra negra llora en el herbazal

Las golondrinas han hecho ejercicios de vuelo en formación
aun con el tiempo nublado, para estar en forma para volver
El banco del pantano está todo cubierto de arbustos revueltos
y todos éstos muestran el color plateado de las hojas al revés
Correrá aire también allá en la isla de Okinawa
Está revuelta la piel acuática del pantano verde
mientras se retuerce de fatiga el herbazal bajo el cielo alargado
Una cabra negra llora y grita sobre las hierbas
tirando con más esfuerzo la cuerda que la tiene atada
como si se olvidara de la vida recien inaugurada

Hwang Ji-Woo



Yendo a pie hasta el río Chesok

    Es febrero. Me acordé de repente del poeta Ko Eun, monje budista secularizado, cuando entré en la zona del templo budista Yung-so. ¿No habría entrado él tal vez ya en el nirvana? Ando a pie hasta el río Chesok y sigo pensando en él, tal vez muerto ya. Es febrero. Entra en mi patio interior el templo Yung-so y una pieza de la torre Baek-che se va quedando acepillada por el agua fría del río. El frío me hiela los tobillos, me hiere la orejas. Me duele la carne en todo el cuerpo mientras el mundo está más tranquilo que nunca.

Hwang Ji-woo











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